El fallecimiento de Wes Craven, realizador de películas como A Nightmare on Elm Street, Scream y The Serpent and the Rainbow, entre
tantos otros films que lo erigieron como uno de los máximos exponentes del cine
de terror, nos obliga a mirar hacia atrás con resignación, para darnos cuenta
de que se hace difícil encontrar en los últimos años películas que sobresalgan
de la media dentro del género. Parece ser que el objetivo es repetir una fórmula,
tanto temática como estética, que asegure un piso de éxito. Esa repetición de
estilo vuelve predecible a un género que, justamente, siempre se destacó por
sorprender.
Sin embargo, hay excepciones, pequeñas joyitas que aparecen cada
tanto para darle frescura a un tipo de cine que necesita un lavado de cara. Tal
es el caso de It Follows (Te sigue), película del joven realizador David
Robert Mitchell, que tras postergarse en repetidas oportunidades su estreno
comercial, finalmente llegó a las salas porteñas esta semana. La película tuvo
su premiere internacional en el Festival de Cannes (con muy buenas críticas) y ya
se pudo ver en la Argentina durante el BAFICI y el Festival de Mar del Plata.
It Follows narra la historia de Jay, una chica de 18 años
que tras mantener relaciones sexuales con su novio comienza a ser perseguida
por una fuerza sobrenatural que amenaza su vida y la de sus amigos. El director
apela a la búsqueda de tensión constante con un adecuado –e hipnótico– uso de
la música y sin recurrir a típicos y predecibles trucos de montaje. La
fotografía también se destaca, no solo por la belleza, sino también por la
funcionalidad de los planos. Todos los recursos del cine están a merced de la
película, algo que no siempre se debe dar por sobreentendido.
El abordaje de la adolescencia ya fue tratado por Mitchell
en su ópera prima The Myth of the American Sleepover. En este caso,
el director vuelve a centrar su mirada en los jóvenes, pero en un marco
complejo como el del cine de terror, que pocas veces permite combinar
adecuadamente la profundidad narrativa de la historia y la aplicación eficaz de
los recursos cinematográficos para generar sorpresa y tensión en el espectador.
Mitchell lo hace simple y bien, sin grandilocuencia.
Cuanto menos presupuesto tiene una película, más libertad
creativa tendrá su director, porque el impacto negativo de un eventual fracaso
comercial siempre será menor en comparación con una película mucho más cara.
Esto lo contó en una charla con el programa On The Rocks el director argentino Andy Muschietti, que
dirigió la cinta de terror Mamá y que llevará al cine la adaptación de It,
libro de Stephen King. Seguramente Mitchell haya tenido un mayor margen de
maniobra a la hora de realizar la película, que contó con un escaso presupuesto
de solo 2 millones de dólares (y recaudó, solo en Estado Unidos, más de 17).
Posiblemente sea esa, además del talento del director, una de las causas de su
frescura y originalidad.