sábado, septiembre 06, 2008

Aguafuertes porteñas


En estos días terminé de leer un libro de Roberto Arlt llamado “Aguafuertes porteñas”. En cierto sentido me hizo dar cuenta de algunas cosas, de las cuales ya sospechaba, pero no quería creer. El autor describe determinados estereotipos de personas y de situaciones que, a pesar de haberlas escrito hace más de 70 años, aún tienen vigencia. Y me pongo a pensar en lo poco especiales que somos. Es un comentario un poco crudo y falto de magia e ilusión, pero el hecho de que una persona que no conocemos detalle características de otras con tanta simpleza y facilidad, nos saca una sonrisa cómplice pero a su vez nos dice: “Flaco, todo lo que te pasa, o todo lo que sos, es un ejemplo más de la tirada en serie que salió de la fábrica de personas”.
Pero también me pongo a pensar en algo, y caigo en la ingenuidad, el estado más puro que hay. Las cosas que se me pasan por la cabeza, toda la visión que uno tiene de ciertas situaciones, los planteos que alguien se hace, la velocidad de los pensamientos, tan distintos y entrelazados, no pueden ser algo tan cotidiano. La magia se encuentra dentro de nosotros y ahí marcamos la diferencia con el resto. Podrá haber muchos arrogantes, inútiles, garcas, tipos sencillos o lo que sea, pero apuesto todo lo que tengo a que en cada una de sus mentes hay un mundo diferente, una sensación que va más allá de lo que vemos a simple vista, un libro cerrado lleno de interrogantes, visto solo desde su interior por sus propias palabras.
Es un tema que genera que uno sufra o sea feliz por ciertas situaciones externas, superficiales, que uno, erróneamente, considera especiales y que simplemente son condimentos, esencias o, en términos “blogueros”, plantillas que nos ofrece la vida para darle un matiz diferente y no caer siempre en lo mismo. Pero la recurrencia de estos matices los vuelve aburridos, monótonos, y poco originales. Que lastima que no podemos vivir de fiesta en fiesta en un lugar tan inexplorado -porque aún hay tanto por explorar- y sorpresivo como nuestra mente, pero que miedo que da que haya más de un invitado en ese fantástico acontecimiento.

3 comentarios:

rominex dijo...

mm...no creo q somos un "producto" hecho en serie...
somos mentes complejas, extrañas...no me lacanza la vida para comprenderme a mi misma, del todo....
o quiero imaginar lo q seria conocer bien a los otros...
solo vemos algo de las otras personas, generalemnte lo q esta mas atras de la cazcara de la cebolla....pero jamas llegaremos al centro...
porque creo q en el fonodo, conocer es ir decubrindo cada pequeña peil de ella...
tal vez fui demasiado a otra cosa...
pero realmente creo q somos unicos, y no hay dos iguales, pueden haber mentes parecidas, situaciones parecidas, pero hasta uno mismo varia simpre, y es q estamos constantemente en movimiento, evolucionando...desde unas pocas palabras, un libro, una acción, nos cambia, nos hace tomar conciencia...nos modifica. Ademas, si somos todods simples cajas de cereales, es la unica q conozco, y en la q puedo contar los granos de maiz, y me siento feliz, porque creo q los otros no teine la misma cqantidad o variedad q yo...

Rara dijo...

si, si, si...que mas puedo decirte..es algo mas que una cachetada...un gusto pasar...
saludos!
=)

Verònica dijo...

Patricio!! Hola, de viaje en viaje encontre tu blog, asique detuve un rato mis valijas por aca y te lei. Muy buen post e interesante!!! "El sabor esta en la mezcla" canta una banda que me gusta, o, en la variedad està el gusto, sabemos que es asi. Quizas somos muy sencillos pero nosotros sabemos como complicarnos, creo que ahi esta lo atractivo del ser humano y a la vez tener esta cabeza por la que habita un submundo distinto al de los demas. Un abrazo, te invito a que me visites! Hasta Luego!!!