sábado, diciembre 20, 2008

24 realidades por segundo


Me imagino este fin de año como el final de una película. Algunos de aquellos Films que cuentan historias de personajes diferentes que a lo largo de esa hora y media de vicisitudes concentradas van reflejando la vida de muchas personas reales. Imagino la música de un piano de fondo, con algunos toques típicos de la música de las películas de Burton, gente abrazándose en cámara lenta, primeros planos con plenas sonrisas en los rostros. O por que no, teniendo en cuenta los contrastes de la vida y de las historias cinematográficas, planos generales con un suave acercamiento a personajes solitarios, hundidos en su tristeza, alternando el montaje de estas realidades opuestas, tal como se vería en la historias reales. Ni una película puede concentrar tantas realidades disímiles, ni siquiera la vida tiene tal poder de concentración. Niños corriendo alrededor de un árbol de navidad, risas por doquier, gente saludándose, estrechándose las manos, brindando por un nuevo año. Niños sentados en plena vereda, tristeza en sus miradas, observando a cámara mientras se vuelven a escuchar las mismas risas. Personas caminando por delante de ellos, solo se ven sus piernas, el foco de atención está en los niños. Paisajes diferentes, bellos hogares, frazadas en las calles, puentes que cubren la vida, mientras algunos automóviles pasan velozmente tratando de llegar rápido a la cena. Una grúa, de arriba hacia abajo toma las circunstancias. Y la vida es una película mientras que el montaje es el poder de demostración de un contraste que supera la ficción y también la realidad. La música enfatiza la memoria emotiva, nos inserta dentro la imagen como si fuera hecha solo para nosotros. Pero el destino implica que cada personaje se encuentre en una situación diferente, porque el poder de elección es muchas oportunidades es escaso y la realidad supera toda decisión. Las luces se encienden, los espectadores aplauden, se miran a los ojos sonriendo, se paran y salen de la sala, mientras los créditos pasan desapercibidos, porque no queremos conocer la verdad detrás de esos personajes.

5 comentarios:

Verònica dijo...

Pato, es bellisimo este texto, lo escuchè con la banda sonora de Amelie por casualidad de fondo, pero le diò un toque especial, una pelicula que me encanta mientras lèia sobre la vida interpretada tambièn como pelìcula.
Me encantò la parte del foco puesto en los niños (debe ser siempre asi, son nuestro futuro...), y solo las piernas de los demàs transeùntes, ojalà cada vez màs sean las ganas de aplaudir a esta vida.. Te quedò hermoso, bellisimo como te dije al principio, me llegaste un montòn...
La chica de los tildes al revès je, Vero (me encantò que me dijeras eso)beso GRANDE!.

Anónimo dijo...

Patricio has escrito un post estupendo,realista,has utilizado un símil perfecto.El guionista de mi película ha querido otorgarme sorpresivamente el papel del niño sumido en la más profunda de las tristezas,hace unos días era la mujer más feliz del mundo y hoy....
Las cosas que nos ocurren en la vida siempre superan la ficción,y al igual que los actores y actrices,depende nuestra suerte del papel que el direcctor supremo nos quiera asignar.Un saludo y mis mejores deseos de felicidad para estas navidades amigo.

Anónimo dijo...

Simplemente hoy puedo decirte que me llegó más que ninguno, que estuve al borde de las lágrimas... que lo leí, pero que lo podía ver, era una película, las letras se hacían imágenes. Muchas veces la realidad no es como quisiéramos. Pero no queda más que seguir adelante. Te mando un beso enorme, Caro

textkabinett dijo...

pato: basta de tener de fans mujeres por favor, basta, basta, basta de romper corazones por donde pasás, por favor, por favor, por favor. basta, pato.

textkabinett dijo...

Stopppppppppppp the fans!!!!!!!!