sábado, marzo 29, 2008

El sueño de la realidad


¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad? Las pesadillas se multiplicarían, las puertas del inconsciente se abrirían de par a par. Las barreras defensoras serían endebles y estaríamos en un riesgo constante, en una lucha contra la incoherencia de los estímulos externos combinados en esa caja mágica e inexplorada llamada cerebro. La rutina se volvería sorpresa, los amores se volverían posibles, las piernas dejarían de correr, la muerte se convertiría en una posibilidad más cercana, pero desapercibida. El despertar de cada mañana sería el renacer de una ilusión o el comienzo de lo peor. Nos dormiríamos sobresaltados, despertaríamos en una nebulosa sensorial. ¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad?
Viviríamos aturdidos por los recuerdos, más allá de que sean buenos o malos. Una gran ensalada de memorias confusas, un collage de imágenes olvidadas conformando un sentido incierto, cierto para algo más profundo, algo irreconocible pero presente.

Quiero leer y escuchar opiniones

¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad?

martes, marzo 18, 2008

Despertares


Movimiento simultáneo. Apertura visual de existencias uniformes. Silencio y acción. Sueño de la bestia interior, guía de cerebros manipulados. Vivencia en una estructura aplastante, cuna de iguales, tumba de pensamientos. ¿Solución? Una nueva sensación.
La perfección de la infelicidad. Objetivos inconscientes de bien común, nacidos bajo la mentira de una continuidad en la libertad de pensamientos, tergiversados bajo el lema de la felicidad plena. Orden piramidal desbalanceada, incongruencia desmentida del poco peso ejerciendo presión sobre la masa más pesada.
Sin embargo, imposibilidad de un crecimiento (o decrecimiento) lineal. Pasado, presente y futuro circular, vuelta a la insólita normalidad, despertares de ojos cerrados, revoluciones, levantamientos, y nuevas diferencias. ¿Nuevos conflictos? Nuevos y viejos conocidos inconvenientes. ¿La infeliz paz o la guerra de la felicidad?

martes, marzo 11, 2008

La realidad de hoy


A veces me pongo a pensar lo aislados que estamos la mayoría de la realidad. Cuando vemos un noticiero y nos enteramos de la muerte de 17 personas en un accidente de tránsito, incluida una familia entera (compuesta por seis personas) o de algún atentado en los pagos asiáticos, o de cualquier acontecimiento que genere la muerte de un ser humano, uno suele preguntarse por qué suceden estas cosas. Sin embargo, lo más difícil de entender es la naturalidad o la frialdad que adquirimos luego de tantos años en los cuales un accidente, un atentado, un asesinato a sangre fría por dos pesos, se volvió moneda corriente. Lo más incompresible es que aquello que nos representan hablan de una sensación de inseguridad. Es cierto que los medios de comunicación, en su afán de informar y de llegar a toda una sociedad, suelen generar (en aquellos que quieren justificar lo injustificable en vías del progreso personal) una idea exagerada de la realidad. Creo que no hay idea más exagerada que la de vivir uno mismo aquello que se volvió tan natural. Vivimos rodeados de problemas que no hacen más que generar desesperanza. Un mundo en vías de extinción, una comunidad mundial constantemente enfrentada, enfermedades por doquier. Estamos en una lucha constante y cada vez tenemos más batallas y más adversarios. Lo que sí creo es que muchos piensan: Bueno, si yo cambio, no pasa nada, una persona no puede marcar la diferencia. En ese sentido pienso que si cada uno cree que puede marcar una diferencia, que lo haga. La suma de la partes hace un todo y a la vez ese todo no existe sin una de esas partes. Ya se que me estoy desvirtuando, comencé con un accidente de tránsito y termino con salvar el planeta, pero ¿No creen que todo está tan relacionado? Al fin y al cabo lo importante es saber que nosotros somos los protagonistas de la película y tenemos que tomar la responsabilidad como tal. Me dieron ganas de dejar de lado por hoy la metáfora y ser lo suficientemente claro para hablar de un tema que necesitamos entender. Y por último, hay algo que deberíamos saber: somos más los que queremos que las cosas salgan bien, más allá de que estemos pendientes de lo que hagan aquellos que tienen la idea constante de perjudicar.

martes, marzo 04, 2008

El día final


Desesperación. Personas desconocidas corriendo bajo el sonido de un grito unificado. Choques, alarmas y explosiones. Llantos de niños desamparados en el medio de la calle. Madres con el corazón en la mano buscando a sus hijos. El cielo se vuelve oscuro, invisible a los ojos de entes sin esperanza. El día ha llegado y todo aquello que alguna vez nos hizo creer en algo más se encuentra enterrado. Oídos sordos, mares de lágrimas de multitudes agrupadas, empapadas. Vehículos en movimiento, sin destino, unos contra los otros. Desaparición de un punto de alcance. Y el cielo se vuelve negro. La guerra se aproxima. La densidad hace desaparecer el sonido de la destrucción. Se acaban los llantos y los gritos. Miles de personas mirando hacia arriba en estado de inmovilidad. El final se acerca, todos lo saben.
Un día nuevo, soleado. Dos llantos en extremos opuestos. La niña y el niño comienzan a correr sin saber que el destino es su punto de encuentro en el tiempo. Cuerpos desparramados, hogares destruidos, rayos esclarecedores.
Abramos los ojos, el cielo nos va a dar otra oportunidad, pero como nos pasa a todos, su paciencia tiene un punto final.