sábado, noviembre 22, 2008

Imagine all the people...


Una de las tantas cosas que cada tanto se me da por hacer es imaginar. En realidad vivimos imaginando, pero el tema es que no nos planteamos hacerlo. ¿Qué pasa cuando nos sentamos y decidimos que queremos imaginar? Una de las tantas características de esta cualidad humana es la posibilidad que se tiene de esbozar mentalmente imágenes que no suceden, pero que con la concentración suficiente se vuelven reales en nosotros mismos. Una diferencia entre la imaginación deliberada y la casual es el detalle. Podemos caminar y tener sensaciones de diversas cosas al observarlas, pero no dejan de ser momentáneas, esporádicas, volátiles como plumas al ser tocadas por el viento de la concreta realidad, mientras que en este momento me encuentro sentado escribiendo frente al monitor a altas horas de la noche con la idea concreta de generar imágenes en mi cabeza que me ayuden a entender una situación ficticia, que no hace más que inclinar la balanza hacia la irrealidad en desmedro de una realidad insatisfecha.
Esto fue solo una introducción para una de esas ideas que generan detalles en nuestra mente y nos llevan a lo que yo llamo “el mundo paralelo”. Suelo preguntarme qué pasaría si tal cosa pasara. De la nada – bueno, no soy sincero- se me surgió la posibilidad de que las voces callaran. No se preocupen, no voy a cerrar el blog, hablo en sentido literal. ¿Qué pasa si las personas dejan de hablar?
La comunicación no es necesariamente oral, eso lo sabemos, sin embargo sin el poder del habla (porque creo que es más que una capacidad, es un poder) las cosas se dificultarían demasiado, tardaríamos mucho más en lograr determinados objetivos y, a pesar de que compartimos un código a partir de la cultura, la ansiedad humana empeoraría. Sobre todo porque uno sufre más cuando pierde algo que cuando no lo tiene. Los primeros grupos humanos no tenían la posibilidad de expresarse a través de palabras y, aunque es cierto que podían comunicarse a través de gritos, ruidos, o cualquier otro sonido, vivían tranquilamente sin conocer sus limitaciones o, mejor dicho, sin conocer lo que no tienen.
El problema es cuando uno goza de algo y lo pierde, y conociendo mínimamente al ser humano actual, este planteo sería una verdadera catástrofe.
Más allá de eso, sería interesante ver lo que sucede por lo menos por un día. Sería una verdadera prueba que requeriría de la necesidad de expresarnos con el cuerpo, a través de los gestos. Hay quienes que se verían frustrados y hay quienes que…lo agradecerían toda la vida.

sábado, noviembre 15, 2008

T.i.e.m.p.o


Mi abuelo tiene una teoría que está relacionada con el paso del tiempo. Obviamente su idea no tiene carácter científico, es una mera suposición, pero se lo ve fuerte en su creencia. Y francamente me estoy convenciendo cada vez más de que este fenómeno se está produciendo. En realidad, cada vez que surge este debate que plantea la posibilidad de que el tiempo pasa más rápido, yo suelo decir que estamos viviendo en una sociedad sin freno, que vive corriendo, incluso en sus sueños. Esta vorágine genera mucha actividad y a su vez mayor concentración por parte de las personas, quienes se desentienden del lento paso temporal. Entonces, cada vez que vemos ese aparato atormentador llamado reloj, sentimos que el “tiempo paso volando” y que la vida, aquella que en apariencia se muestra eterna, es una simple cuenta regresiva. Me asusta pensar en esto. Creo que, a pesar de que un poco de filosofía o tener dudas existenciales y de vida genera reflexión, me estoy dando cuenta que la acción es fundamental y si miramos el reloj luego de un día provechoso, repleto de actividad, con rutina y sin ella (acuérdense de los pequeños detalles que marcan la diferencia), creo que no debería importarnos esta cuenta regresiva. Es verdad, esto nos presiona, pero solo si nuestra conciencia le da importancia. Hace poco escuché a una persona que decía que un poco de locura hace bien y que en la vida hay que plantearse objetivos alcanzables y a corto plazo. El único objetivo a largo plazo que me podría plantear es el de llegar a la vejez y morir satisfecho, aunque tampoco debería pensar en eso.
Si se ponen a pensar, este rápido paso del tiempo no solo se nota al finalizar el día, sino también cuando recordamos algún evento pasado y no podemos creer que haya pasado tanto tiempo. Sobre todo porque nuestra memoria almacena hasta los detalles más olvidables de tales acontecimientos, y los percibimos como si los estuviéramos realizando nuevamente. La tecnología y su avance es otro factor, otra causa. La sociedad pos modernista se encuentra en un estado de enajenación absoluta (como yo en este momento, puede pasar una manada de leones detrás de mí y no me voy a dar cuenta). Heidegger decía que esta sociedad tecnológica tiene un pensamiento calculador y que, con la capacidad de la “serenidad”, o sea, la posibilidad de tomar la tecnología como herramienta y no como forma de vida, nos ayudará a desarrollar un pensamiento meditativo y reflexivo. Me fui por las ramas, lo se, pero supongo que les pasará que cuando escriben ramifican ideas, como si fueran raíces, y van generando nuevas, relacionadas entre sí, sin llegar a una conclusión bien definida. Las conclusiones no siempre son necesarias, la apertura a nuevas posibilidades sí.

sábado, noviembre 08, 2008

Hogar sucio Hogar


Si son como yo, probablemente les genere la misma sensación. En cambio, si no son como yo, probablemente yo, y alguno que otro, no tendrá una linda sensación respecto de sus actos. A no asustarse, no soy tan cerrado. Pero en lo que respecta al cuidado ambiental, creo que debería haber una única posición. Aplaudo a aquellos que dedican su tiempo a hacer algo para salvar los desastres que se están produciendo en nuestra maltratada Tierra. Desde mi posición, solo puedo atinar a cumplir lo mínimo e indispensable y creo que la solución es simple y a la vez compleja. Si cada uno tiene un mínimo cuidado en lo que respecta a limpieza y ahorro de energía, la solución es simple. El problema radica en la masa y en la falta de educación. Como siempre, podemos ser muy inteligentes, escribir libros, dar conferencias y tener mucho prestigio, pero en conjunto somos simples animales inconscientes que se chocan unos con otros y que caminan con los ojos cerrados, golpeando todo a su alrededor, hasta el mismísimo suelo. Se me va la diplomacia al carajo y me enfurece ver caer un papel en la calle. Estoy comenzando a tomar el coraje de levantarlos y devolvérselos en tono irónico a los lanzadores, vivos que se creen que un papel no hace la diferencia. ¡Que poca visión que tienen! Y que egoístas…
El que no se da cuenta de los cambios que está sufriendo la Tierra vive en una botella con vidrios polarizados.
Ayudemos a vivir en un mundo mejor…

http://www.climnet.org/publicawareness/toptipsspanish.pdf

sábado, noviembre 01, 2008

Dosis


Una pequeña dosis. Día a día se va gestando aquello que nos hace superhombres. Virtud de pocos, deseo de muchos. La dosis que nos moviliza a realizar aquello que uno no espera, pero que con orgullo y satisfacción luego se disfruta. Puño cerrado, fuerza acumulada y desaparición de los titubeos que fueron la principal causa de tu fracaso. Y ese momento en el que miras a los ojos sin esquivar destinos, con la mente en pleno estado de excitación, y con la conciencia que apunta a ese objetivo que trepa los muros del desconcierto y se muestra más claro que nunca.
Escalera a una nueva forma de ser, dejando atrás los miedos propios y ajenos. Carrera de personalidades cuyos rastros se vuelven cada vez más distantes.
Adicción a la dosis de confianza, esperando no caer en la tentación de aquel momento en el cual el deseo era una irrealidad.