miércoles, noviembre 30, 2011
Hernán Casciari: ¿Cómo matar al intermediario?
En esta oportunidad sigo un poco la lógica del post anterior, en el que postulaba un periodismo sin intermediarios (tengo que dejar de plantear estas cosas, me voy a quedar sin laburo). El que habla en este video es Hernán Casciari, autor del blog Orsai y de libros como "Más respeto que soy tu madre". En la charla de 18 minutos que brindó en TEDxRiodelaPlata, Casciari cuenta un poco acerca de sus experiencias profesionales y de cómo éstas lo llevaron a crear la revista Orsai. Esta publicación trimestral, que cuenta con más de 200 páginas y la firma de grandes periodistas, literatos, dibujantes y otros habitúes del ámbito cultural, carece de publicidades y de intermediarios. Casciari busca reflejar en el proyecto su cruzada contra el sistema y las editoriales, que suelen aprovecharse de los autores otorgándoles sólo un 8% de los beneficios de las ventas. La charla y el proyecto son puro romanticismo. Una utopía posible. Sin embargo, también es necesario mencionar que el autor recibió reconocimiento, no sólo por su trabajo, sino también por la plataforma que significó el apoyo del sistema. ¿O acaso hubiera podido Casciari llevar a cabo este proyecto sin el respaldo previo del sistema que lo hizo popular? Aclaro, por las dudas, que me encanta lo que propone y que todo el mérito se lo lleva él, el autor. Pero también es cierto que el sistema está hecho para que sólo puedas triunfar adentro, y no afuera. Salvo que hayas sido parte.
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viernes, noviembre 25, 2011
Conversaciones sobre el futuro: Guardiola vs. Trueba
La entrevista es una de las herramientas clave del periodismo. Se puede dar en distintos ámbitos, tiempos y formas. El clima de la televisión suele ser el más complicado por un simple motivo: el entrevistado se puede sentir intimidado por toda la parafernalia que rodea al medio, sabiendo que miles de personas lo están viendo en ese preciso instante y que cualquier respuesta salida mínimamente del libreto puede alimentar al monstruo. Entonces el resultado va a depender de la capacidad del periodista para enajenar a su interlocutor y de la experiencia del entrevistado, para dejarse persuadir o no.
¿A qué viene esta introducción? A un video que muestra una charla entre Pep Guardiola, técnico del Barcelona, y el director de cine español Fernando Trueba. Es una conversación sin intermediarios, que reúne a dos entrevistados. Ninguno se siente interrogado. Al contrario, saben que están en el mismo estado de situación. Cualquier pregunta que pueda surgir entre ellos es producto de la mera curiosidad. La vorágine mediática que se percibe en cualquier programa de televisión, es reducida a su mínima expresión: dos sillones, dos mesas, dos copas, dos cámaras; un clima de silencio y semi-oscuridad, potenciado por el blanco y negro de la imagen.
Trueba y Guardiola, cada uno desde su lugar, reflexionan acerca de sus respectivos trabajos y de cómo estos pueden vincularse de múltiples maneras. El trato con los jugadores/actores, el espíritu amateur en el profesionalismo (ya sea en el fútbol o en el cine), las diferentes etapas dentro de una profesión (que incluye una frase interesante de Trueba acerca de sobrevaloración de la juventud), etc. Maravilloso desde todo punto de vista, desde lo formal hasta el contenido.
En una época en la que es cada vez más difícil sorprenderse con declaraciones o escuchar respuestas profundas en las entrevistas, éste tipo de conversaciones nos permiten reflexionar acerca del rol del periodista y de cómo aquellas personas ajenas al medio desconfían de éste. La desconfianza parte de la traición a la que se pueden ver sometidos los declarantes. Los títulos fuera de contexto, los falsos rumores que surgen producto de intereses, la falta de respeto por el off the record, etc. Si se sigue de esta manera, vamos a poder seguir disfrutando de estas charlas maravillosas, pero sin intermediarios. Nosotros, los periodistas, nos vamos a volver prescindibles.
jueves, noviembre 03, 2011
El clima de "resistencia" en el búnker de Carrió
Nota que hice sobre la cobertura de las elecciones en el búnker de la Coalición Cívica. Fue publicada en Perfil.com
“No nos tenemos que mostrar caídos”, le decía un joven militante a dos compañeros mientras miraban la televisión en la sede central de la Coalición Cívica, ubicada en Rivadavia 1475. Sin embargo, militantes y candidatos reflejaban la imagen de la derrota aún antes de escuchar los primeros datos oficiales. Los resultados de las primarias y los números de boca de urna representaban una realidad difícil de ignorar.
A las 18, una vez cerrados los comicios, sólo seis de las 72 sillas de la sala de prensa se encontraban ocupadas por periodistas. Los militantes llegaban de a uno, con signos de frustración, como si supieran de antemano los resultados finales. Algunos periodistas, ante la falta de sorpresa de la elección, pedían que alguien ponga un partido de fútbol en los televisores para darle un poco de emoción al ambiente.
Pasadas las 19.30, el diputado Fernando Iglesias accedió a la sala de prensa y sostuvo ante Perfil.com: “Este resultado es la ratificación de lo que se votó en agosto. Tenemos una sensación de frustración y preocupación por el futuro del país”. Y agregó: “la Coalición ha sido una fuerza consistente de la oposición y lo seguiremos siendo, ya sea con un bloque de diputados más grande o con uno más chico”.
A las 20.30, antes de que el ministro del interior Florencio Randazzo brindara los primeros datos oficiales, Elisa Carrió comenzó la conferencia de prensa ante un auditorio semivacío. La candidata a presidente reconoció la derrota y se autoproclamó “líder de la resistencia, pero ya no de la oposición”. Cuando se le preguntó acerca de las causas del resultado, Carrió aseguró: “La sociedad no quiere la verdad. No le gusta la autenticidad. Pero los entiendo y los quiero. No estoy enojada”.
Luego de 15 minutos, una vez terminada la conferencia, Carrió se fue rápidamente del recinto junto a otros miembros del partido. Mientras algunos se mostraban dolidos, otros se tomaban la situación con humor. “Ahora empieza la resistencia”, decía con ironía un militante mientras cantaba la canción Resistiré.
Sólo el candidato a gobernador bonaerense Juan Carlos Morán y la senadora María Eugenia Estenssoro se quedaron dialogando con la prensa. “No es un momento de felicidad para nosotros”, aseguró la senadora, mientras la televisión mostraba a jóvenes kirchneristas llegando a la Plaza de mayo. “Hemos visto llenarse esa plaza por líderes que después nadie votó y por causas como la Guerra de Malvinas que después nadie apoyó”, afirmó Estenssoro.
Pasadas las 22, en un pequeño cuarto aledaño repleto de partidarios de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, Alfonso Prat Gay y otros candidatos escuchaban con desazón el discurso de Cristina Fernández. Ante cada expresión de la presidenta electa, sonaban con fuerza los murmullos y alaridos desaprobatorios de candidatos y militantes. Mientras tanto, el 1.75 por ciento momentáneo ya era una sentencia.
“No la puedo ver más”, decía una militante que escuchaba el discurso de Cristina. En silencio, el búnker se fue vaciando poco a poco. Las cámaras ya estaban apagadas, los técnicos ya habían levantado sus equipos. Sólo unos pocos se quedaban charlando mientras comían los últimos bocados del catering.
“Si el partido me brinda absoluta libertad, seguiré liderando la resistencia”, aseguró Carrió. Su chacra de Corrientes la espera, pero no todavía: “me quedan dos años como diputada nacional y desde el Congreso voy a defender los mismos principios”. Más allá de haber sufrido la peor elección de su carrera política, la líder de la Coalición Cívica considera que todavía tiene tela para cortar.
“No nos tenemos que mostrar caídos”, le decía un joven militante a dos compañeros mientras miraban la televisión en la sede central de la Coalición Cívica, ubicada en Rivadavia 1475. Sin embargo, militantes y candidatos reflejaban la imagen de la derrota aún antes de escuchar los primeros datos oficiales. Los resultados de las primarias y los números de boca de urna representaban una realidad difícil de ignorar.
A las 18, una vez cerrados los comicios, sólo seis de las 72 sillas de la sala de prensa se encontraban ocupadas por periodistas. Los militantes llegaban de a uno, con signos de frustración, como si supieran de antemano los resultados finales. Algunos periodistas, ante la falta de sorpresa de la elección, pedían que alguien ponga un partido de fútbol en los televisores para darle un poco de emoción al ambiente.
Pasadas las 19.30, el diputado Fernando Iglesias accedió a la sala de prensa y sostuvo ante Perfil.com: “Este resultado es la ratificación de lo que se votó en agosto. Tenemos una sensación de frustración y preocupación por el futuro del país”. Y agregó: “la Coalición ha sido una fuerza consistente de la oposición y lo seguiremos siendo, ya sea con un bloque de diputados más grande o con uno más chico”.
A las 20.30, antes de que el ministro del interior Florencio Randazzo brindara los primeros datos oficiales, Elisa Carrió comenzó la conferencia de prensa ante un auditorio semivacío. La candidata a presidente reconoció la derrota y se autoproclamó “líder de la resistencia, pero ya no de la oposición”. Cuando se le preguntó acerca de las causas del resultado, Carrió aseguró: “La sociedad no quiere la verdad. No le gusta la autenticidad. Pero los entiendo y los quiero. No estoy enojada”.
Luego de 15 minutos, una vez terminada la conferencia, Carrió se fue rápidamente del recinto junto a otros miembros del partido. Mientras algunos se mostraban dolidos, otros se tomaban la situación con humor. “Ahora empieza la resistencia”, decía con ironía un militante mientras cantaba la canción Resistiré.
Sólo el candidato a gobernador bonaerense Juan Carlos Morán y la senadora María Eugenia Estenssoro se quedaron dialogando con la prensa. “No es un momento de felicidad para nosotros”, aseguró la senadora, mientras la televisión mostraba a jóvenes kirchneristas llegando a la Plaza de mayo. “Hemos visto llenarse esa plaza por líderes que después nadie votó y por causas como la Guerra de Malvinas que después nadie apoyó”, afirmó Estenssoro.
Pasadas las 22, en un pequeño cuarto aledaño repleto de partidarios de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias, Alfonso Prat Gay y otros candidatos escuchaban con desazón el discurso de Cristina Fernández. Ante cada expresión de la presidenta electa, sonaban con fuerza los murmullos y alaridos desaprobatorios de candidatos y militantes. Mientras tanto, el 1.75 por ciento momentáneo ya era una sentencia.
“No la puedo ver más”, decía una militante que escuchaba el discurso de Cristina. En silencio, el búnker se fue vaciando poco a poco. Las cámaras ya estaban apagadas, los técnicos ya habían levantado sus equipos. Sólo unos pocos se quedaban charlando mientras comían los últimos bocados del catering.
“Si el partido me brinda absoluta libertad, seguiré liderando la resistencia”, aseguró Carrió. Su chacra de Corrientes la espera, pero no todavía: “me quedan dos años como diputada nacional y desde el Congreso voy a defender los mismos principios”. Más allá de haber sufrido la peor elección de su carrera política, la líder de la Coalición Cívica considera que todavía tiene tela para cortar.
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