Llanto

Llanto de amor, sonreía la niña, pequeña en brazos, lágrimas dulces que caen sobre pómulos rosados. Mujer movediza, no detenga sus manos temblantes que cubren con calma interna su dulce legado. La niña que canta bajo la lluvia del cuarto, no pierde nunca su capacidad de sorpresa, sus ojos recorren largos caminos, enfrentando miedos, luces, sombras, vida. Pensamientos enajenados disfrutando su mejor baile, dulces melodías silenciosas para oídos racionales, transitan fantasmagóricamente las ilusiones luego perdidas. Disfruta niña arropada que tu llanto se vuelve alegría, defiende tu satisfacción inmediata, porque eres solo eso, una niña. Y sin un día decides volver, cuerpo frágil, detén mis razones, y llévame a ese mundo, en donde la tristeza es alegría, y la vida, un cuento de hadas. La niña crece, su memoria se vuelve una imagen, sonrisas junto a una torta de cumpleaños, la vida ha hecho estragos, y la única víctima es la propia vida. La niña tiene en sus brazos, un nuevo dulce legado, la imagen se vuelve añeja, los recuerdos se convierten en fantasías, y si un día decides volver, cuerpo frágil, seguramente, me alegrarás la vida.