sábado, mayo 24, 2008

La caja de bombones



A veces nos enfrentamos a situaciones que nos carcomen la cabeza. Ya se que está como estipulado en el reglamento de “Cómo vivir la vida” el hecho de que es preferible llevarse la sorpresa y no conocerla de antemano. Noticia del día: Basta de sorpresas. Parafraseando al gran Forrest “Life is like a box of chocolates” (no me gustan los doblajes). Es lastimosamente cierto. Igualmente, no me hagan tanto caso, ya que es probable que mañana piense lo contrario, pero hoy es uno de esos días en los que necesito respuestas. Rosa Montero (perdonen que la cite tanto, pero es lo más fresco que tengo en este momento) dice que al escribir se le ocurren cosas que van modificando el curso de su texto. Bueno, ahora que lo pienso, si llego a encontrar una libretita con todas las respuestas a mis preguntas, probablemente me lleve flor de susto (o infarto). Sería la misma sorpresa que mencioné anteriormente pero resumida en pocos minutos, una especie de cámara rápida de nuestra vida. Tanta información nos haría explotar.
El silencio es la fuente de la incertidumbre, la falta de aquella solución al problema del cuestionamiento constante. Muchas veces al callar vemos los ojos ajenos penetrándonos con la fuerte intención de leer nuestra mente a través de la mirada. La persona que tiene la capacidad de mentir con la mirada, no es humana. Realmente no lo creo. Sin embargo, volviendo un poco al tema en cuestión, hoy en día las respuestas se cotizan en bolsa, su valor es inmenso, y como todo gran valor conlleva un gran poder, escaso control de nuestros actos.
Comienzo un nuevo párrafo. Pasaron varias horas desde que terminé el anterior. La incertidumbre es una sensación convertida en arma de doble filo. No solo nos limita completamente a dar el próximo paso sino que también deja en una expectativa constante a todo aquel que busca una respuesta de esa falta de certeza. Bueno, como dije anteriormente, es probable que mañana piense lo contrario. Perdone, me retracto, ya lo pienso. Siempre hablo con todo el mundo y llego a la conclusión de que el tiempo pasa más rápido que lo que pueda llegar a durar un determinado período, como por ejemplo un día. Los días son tramos de tiempo que pasan a una velocidad poco creíble. Perdonen nuevamente la incoherencia de esto, pero tengo un remolino de ideas y situaciones que van en contra de toda lógica a la hora de redactar un texto (este esta carente de estructura, cohesión y coherencia, pero creo que la coherencia está en mi cabeza, y no puedo expresarla). Volviendo al tema del tiempo, mi punto es que a pesar de que un día se vuelve un segundo, si nos detenemos en los detalles, son como un mini resumen de nuestra vida que nos hace variar el pensamiento a cada instante. Bueno, espero que sepan entender el sentido de este texto. Es un reflejo más.

Sigo esperando….

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