sábado, junio 28, 2008

Cambio


Este año tuvo la particularidad de ser diferente. Es raro encontrar esa cualidad en el conjunto de 365 días. Generalmente cuando uno entra en un proceso de X cantidad de años como puede ser la Universidad, a medida que van pasando las cursadas todo se vuelve más o menos igual. Obviamente hay ciertos detalles que cambian, pero en general es más o menos lo mismo, como el colegio.
En mi caso, empecé una nueva carrera, por ende el año es diferente en relación a los pasados. Otro proceso comenzó, al igual que el hecho de conseguir un trabajo, conocer gente nueva y, por que no, cambiar un poco la perspectiva. En ciertos aspectos me redescubrí bastante. Obviamente, cada vez que uno ingresa en su interior para ver que pasa, suele sacar conclusiones que nos dejan satisfechos o más confundidos. Me llevé gratas y no tan gratas conclusiones, pero es algo propio de este cambio que, indefectiblemente, repercute como una onda expansiva en cada uno de nosotros.
Sin embargo, una de las mayores cosas que saqué de ese escaneo interior y que puedo decir que me dejó satisfecho, es que definí muchas cosas en cuanto a la personalidad que, más allá de la inseguridad corriente, me dan cierta confianza. Uno tiene que ser cómo es y al que no le gusta, mala suerte. Uno se va rodeando de gente y de situaciones que tienen que ver con lo que uno es como persona y eso se va afianzando segundo tras segundo.
Asi que, estoy recargado de pilas y tomando el impulso que, espero, sea provechoso.

sábado, junio 21, 2008

El escribir


Hoy arranco de la manera menos recomendable. No se de que hablar y por eso voy a comenzar a escribir a pesar de mi bloqueo mental – probablemente producto de no parar de estudiar – y vamos a ver como fluyen las palabras. Me gustaría saber en qué se inspira cada uno a la hora de escribir, si es que lo hace regularmente. Personalmente suelo pensar en algún tema que fue protagonista en mi semana. La peor parte es cuando uno se sienta a escribir y ve que el blanco de la hoja impone demasiado respeto. Generalmente cuando las primeras palabras son plasmadas, el resto fluye de manera más natural y es en ese entonces cuando uno siente que cada letra encaja a la perfección. Lo más importante es que al finalizar el texto, ese mensaje este claro. Como decía, luego de elegir un tema recurrente, comienzo a pensar en todo lo que no dije sobre el mismo. Es cierto que a veces caigo en la repetición, pero todos sabemos que hay ciertos tópicos que influyen demasiado en nuestra forma de pensar sobre todo en momentos o épocas determinadas. No hice un análisis demasiado exhaustivo, pero supongo que debe haber autores que tienen una especie de “períodos temáticos”, algunos mas cortos y otros más largos (hay escritores que hablan toda su vida sobre lo mismo). Al mencionar esto de escribir lo que uno no dice, podría establecer dos categorías. El escritor hablador, aquel que dice lo que escribe o escribe lo que dice y el escritor mudo – mi caso – que probablemente aproveche la oportunidad que le brinda la escritura para descargar o expresar de alguna manera sus pensamientos. Es inevitable pensar en las propias experiencias para elaborar ideas “generales”. Todos somos muy diferentes, pero a su vez somos todos iguales (o casi). Por eso muchas veces lo que escribe uno repercute en el otro, se genera esa sensación de identificación con la palabra ajena y esa es, probablemente, la razón principal por la cual uno tiene escritores o libros predilectos.
Cambiando un poco de tema, vieron cuando uno dice: tengo tantas cosas para hacer que no se por donde empezar. Uno lo podría aplicar al estudio, a los quehaceres domésticos o, porque no, a determinados gustos que uno se quiere dar. Desde que empecé la carrera me repiten constantemente lo importante de leer, de incorporar conocimiento, de tener herramientas para sobresalir y, en el caso de los periodistas, de ser una fuente de información. Hay tantas cosas por leer que uno no sabe por donde arrancar. La peor sensación es la de la resignación antes de empezar o el apuro por leer mucho sin incorporar realmente esa magia que entra por nuestros ojos (magia de todos los colores). Como en todo aspecto de la vida, el orden es fundamental y aquí sí podría unir los dos temas de hoy. Es necesario establecerse pautas a seguir, cumplir un proceso que nos guíe hacia un objetivo final. Algo que estoy aprendiendo de a poco es a estructurar ciertas cosas. No es un proceso que uno aprende de un día para el otro, generalmente son los fracasos los mejores maestros. Ante tanto fracaso, uno finalmente aprende (tras tropezar con la quinta piedra). Asi que, si tienen ganas de comentar algo, cuenten cómo se inspiran a la hora de escribir. Saludos y hasta la próxima.

sábado, junio 14, 2008

El plan perfecto


Hace tiempo que estoy pensando en los objetivos que se plantean las personas a la hora de encarar cada día. Entonces llego al momento en el cual veo un determinado plan, inconsciente en cada uno, que nos motiva a dar el siguiente paso para no estancarnos en la falta de ideas. Hago un rápido recorrido por mi mente y relaciono a este plan con la búsqueda de la felicidad. Como todos sabemos, el ser humano es increíblemente insatisfecho. Sabemos que si le falta una porción a la torta, no es torta o, por lo menos, no es esa imagen perfecta que tenemos de una torta. De ese modo, nuestro comportamiento a lo largo del día se basa en encontrar esa porción perdida o, dicho de otra manera, de rellenar ese vacío que alguien o algo nos arrebató. La rutina es siempre la misma, en cuanto a nuestras acciones. Pero ciertas palabras y detalles marcan la diferencia entre una persona en un momento determinado y la misma persona en otro momento. Distingo entre estas dos personas, ya que suele suceder que a veces encontramos la porción perdida, pero al rato nos damos cuenta que, mientras buscábamos (y al encontrar nos sentimos realizados), otro factor sorpresa se robó otra porción diferente. De ahí surge mi idea de constante insatisfacción. Pero creo que hay que tomarlo como algo positivo, porque ¿Qué sería de nosotros si llega el momento en el cual nos encontramos completamente realizados? ¿Cuál sería el objetivo de nuestro plan? La insatisfacción es una bendición que debemos tomar como algo natural, pero no como algo mortificante. Como verán, hoy es un día en el cual me levante con cierto aire de positivismo, quizás mañana veo esta insatisfacción como una puñalada constante, nunca se sabe. El hombre nunca deja de pensar. A veces veo estos programas que manejan archivos y compaginan diversas declaraciones de las personas. Se terminan burlando de la falta de concordancia entre ciertas opiniones (reconozco que yo también me río bastante), pero creo que eso es algo normal. Uno no piensa siempre lo mismo, la experiencia va cambiando tu mirada y eso es un proceso natural. A Borges le preguntaban en las entrevistas siempre las mismas cosas y él respondía siempre cosas diferentes. Los periodistas, indignados, le terminaron preguntando por qué se contradecía todo el tiempo y él dijo que uno nunca debe dejar de pensar y esto conlleva abrirse a la posibilidad de nuevas ideas. Volviendo al tema de la búsqueda, se plantean dos posturas opuestas (¿cuándo no?). Están quienes dicen que uno no debe buscar, ya que la vida (¿o el destino?) se encarga de todo y si las cosas pasan o no, es porque debe ser así. Y están aquellos que apoyan la idea de ir a buscar lo que nos falta, de estar buscando constantemente esa porción de la torta, porque sino estaríamos incompletos.
El otro día me dijeron: “vos pensás demasiado, hay ciertos cosas que fluyen solas” (refiriéndonos al tema “loveee”) y puede ser, determinadas situaciones no deben ser racionalizadas, pero en este momento de mi vida soy así. Igualmente, como dijo Borges, sigo pensando, sigo viviendo, sigo experimentando y ¿por qué no? Sigo cambiando de idea.