jueves, marzo 12, 2009

La era del no me acuerdo


Hace miles de años, cuando todavía no habían surgido las primeras formas de escritura, los grupos humanos se comunicaban en forma oral. Primero a través de gemidos, gritos y gestos y luego a través de palabras cuyo significado era común para todos. Época en la cual los viejos sabios transmitían oralmente sus conocimientos, sus historias, mitos y leyendas a los jóvenes, ya que no había posibilidad de plasmar esas ideas sobre un soporte. Eso posibilitaba que la memoria de las personas se desarrolle a niveles que hoy en día serían realmente admirados. En este aspecto, el desarrollo de la humanidad sufrió un fuerte declive tras haber avanzado profundamente.
Con el devenir de la escritura, la memoria humana se fue “relajando”, generando la posibilidad de delegar en el soporte (ya sea, arcilla, papiro o papel) todo el conocimiento. Surge así la capacidad de documentación, de conservación, para que futuras generaciones puedan aprender de hombres que vivieron hace muchos años, ya que sus ideas se mantenían intactas. Cuando aparecen los primeros libros, como toda novedad, la lectura era privilegio de pocos. Eran caros y escasos, inalcanzables para millones de pobres analfabetos.
Probablemente, antes de la era digital, la lectura de libros era mucho más masiva. Era uno de los mayores entretenimientos, la posibilidad de sumergirse en atrapantes historias de terror, suspenso o amor. Hace más de cien años, con la llegada del cine, se pudieron plasmar muchas de esas historias en imágenes, primero en blanco y negro y, 30 años más tarde, en color. Pero eso no significó una fuerte disminución en la lectura de libros. A mediados del siglo 20, con el invento de la “caja boba”, el que más sufrió fue, justamente, el cine, ya que las personas priorizaban quedarse en su casa viendo televisión, antes que ver una película con gente alrededor comiendo. La televisión, en forma progresiva, influyó también en la pérdida de muchos lectores, no solo de libros, sino también de periódicos. El papel se iba convirtiendo en algo obsoleto.
Hace ya 40 años, aproximadamente, se crearon las primeras computadoras y el hecho de reemplazar el lápiz por un teclado significaba algo realmente cómodo para muchas personas. Dos décadas después, Internet revolucionó el mundo. La lectura de libros era cada vez menor, ya que ahora eran dos los titanes que le iban quitando protagonismo. La digitalización de grandes ejemplares profundizó la cuestión.
Hoy en día son pocos los que se sientan a escribir a mano y a leer del papel. Son esos nostálgicos que no quieren enfrentarse a la realidad virtual. Se vive en una vorágine de información, donde todo toma un ritmo vertiginoso, donde la posibilidad de retención es cada vez menor. La comparación con aquella era, en la cual la oralidad era protagonista, genera escalofríos. El mundo transcurre a través de la electricidad, al igual que las ideas y pensamientos. Ceros y unos son nuestra forma de comunicación más importante actualmente. Los diarios en papel se venden cada vez menos, muchos libros son prácticamente regalados y los avances son cada vez más abrumadores.

7 comentarios:

Lola dijo...

Yo soy de los reptiles que se resisten al paso del tiempo. Me tomo el trabajo de transcribir a mano, con tinta sobre papel, todos mis cuentos, relatos, poesías e historias en una serie de cuadernos de papeles multicolores que conservo celosamente en un cajón como legado para las generaciones futuras. Pero me decepcioné un poco hace unos días cuando leí un artículo periodístico (no recuerdo dónde) que decía que se estima que más o menos dentro de dos generaciones las personas ya serán completamente incapaces de leer escritura manuscrita (del mismo modo que en la actualidad se nos dificulta leer textos antiguos con caligrafías extrañas), para lo cual tendrán que recurrir a especialistas que les traduzcan el significado de los textos (si es que sus soportes -el papel- logra resistir el paso del tiempo). Snif =(.

Ah, y por si fuera poco, también escribo cartas (de sobre y papel!) a pedido.

Verònica dijo...

Pato!! Interesante artìculo.. describis acà lo bueno y lo malo que nos trae y que deja y nos deja el paso del tiempo. Es un avance/retroceso.. nos alcanza a los que estamos lejos, pero nos aleja a los que estamos cerca.. es paradòjico no??? ... entre mensajes de texto y computadoras es como que nos enfrìamos, se pierde cierto calorcito humano.. pero sin embargo hay cosas que podemos hacer mucho màs ràpido.. a veces me pregunto ¿que necesidad de correr? no sè... puedo detenerme a pensar pero no sè.. ¿ambiciòn humana? ¿hambre de màs y màs? no sè.. de todas maneras creo que muchos de los que tenemos blogs aùn conservamos nuestros espacios de lectura en papel y nuestros momentos de escritura en el mismo... hay una comunicaciòn que me gusta muuucho, y es la de los abrazos!!!!! te mando uno GRANDE, aunque el fìsico no tenga comparaciòn, Vero.

Esteban dL dijo...

si, es tremendo, o tambien del... "No se", "nada", "o sea"...

saludos y gracias por pasar

Unknown dijo...

Uff, estoy pensando en comentar algo inteligente pero se me mezclan muchas cosas. Estoy de acuerdo en el hecho de que la escritura es una gran pérdida en parte para la tradición oral, sumándole las deformaciones que sufrió el habla gracias a la escritura. De todas maneras, la base del lenguaje sigue siendo el habla (se me vienen algunos capitulillos del curso de lingüística general de De Saussure). Y si bien la pérdida es grande, la ganancia lo es más aún.
Digo, todo cambio implica una pérdida de algo por otra cosa. Una transformación.
Lo que me parece lamentable es la falta de respeto, no sé si se entiende. Deberíamos aprender a admirar aquellas cosas de las que venimos, las grandes tradiciones orales, aprender a disfrutar de aquellos que cultivan esta tradición, los grandes narradores. Y en un futuro, si es cierto que vamos a perder el "lápiz y papel", espero que suceda lo mismo, que se guarden los debidos respetos porque de ahí es de donde viene todo lo nuevo...


Me parece que deliré un poquito, perdón :)

SeaSirens dijo...

Buenas...

Vengo a agradecerte tu visita a mi blog. Sin duda el tuyo, rebosa calidad por los cuatro costados.

Me doy una vuelta y nos vemos.

Besos y muchas gracias por tus palabras!!

SERHUMANA dijo...

Interesante post, reflexivo.
Puede ser que se lea menos, si. En realidad se lee mas, pero menos en papel. Nunca habia relacionado la escritura con la memoria.
Con respecto a leer un buen libro o escribir, en cuanto a escribir, si, muchas veces, prefiero la computadora. Pero hay otros momentos en los que el papel y lapiz son irremplazables. Cuando se escribe una carta por ejemplo. O en la agenda. Y cuando se escribe en cualquier lado, en una plaza, en un cafe. Con la lectura me pasa lo mismo. Soy de leer mucho acostada, tanto antes de irme a dormir, como en un sillon. O (ahora hace muchoq ue no voy) en la playa!!!!!!!!!!! No podemos llevarnos la tele a la playa. Y si bien podemos hoy en dia, llevar la computadora, no deja de ser mas incomodo.
En cuanto al cine, es tan lindo para mi, mirar una pelicula en la butaca d eun cine, como en la comodidad de mi casa. Ambas tienen sus cosas lindas. En mi casa, por ejemplo, los extra de los dvds, que los devoro, me encantan. En el cine, la dimension de la imagen. Y el cafecito despues comentando la peli.
SALUDOS!!!!!!!!

Lola dijo...

Por acá siempre surgen cosas interesantes... por qué será?