miércoles, marzo 03, 2010

Las escenas de la vida


Las escenas de la propia vida. El paso de la triste comedia al drama hundido en las profundidades del ser. Se abre el telón y surgen los personajes principales. Los aplausos crean un ambiente ensordecedor, escuchado por todos, menos por el centro de atención. La obra comienza y la hipnosis del acto los lleva de un lugar a otro. Las miradas atentas, los diálogos precisos, miles de pensamientos obnubilados por los avatares de la nueva realidad. Risas en masa, carcajadas solitarias, pequeños movimientos y sonidos aislados e impercetibles. Las luces persiguen a los protagonistas e ignoran desinteresadamente a la mayoría. Sorpresas, gritos, susurros: todo es posible en aquel mágico mundo. La ansiedad comienza a tomar posesión de los cuerpos, las luces se desvanecen y las palabras buscan desesperadamente hacer pesar su liviandad. El comienzo del fin para algunos. Para otros, volver a encontrar el propio reflejo escondido momentáneamente. Los murmullos toman valor y desencadenan un efecto dominó. Las luces buscan nuevos protagonistas. Los aplausos, el perfecto final de aquello que fué, pero que no es. Pasos hacia atrás, desciende lentamente el telón. Su movimiento evita el mantenimiento de un contacto visual, que a pesar de su fuerza sobrenatural, cede ante la verdadera realidad. Sólo se escuchan sonidos. Movimientos. Conversaciones. El sueño ya terminó, cada cual a su verdad. La mia, la tuya, la de aquel.

1 comentario:

Laura dijo...

verdades que, por lo general, no tienen nada que ver...