Ojo, es una selección completamente caprichosa:
The
Americans
Probablemente es la serie más
subvalorada que se puede encontrar hoy en día en la televisión. Marginada en
las entregas de premios, cada temporada –van tres– The Americans se encarga de
demostrar que una buena historia de espías no necesita grandilocuencia, sino
sutilizas, inteligencia, diálogos certeros, emoción y momentos puntuales de
impacto. ¿De qué trata? La serie transcurre en la década del ‘80, durante el
gobierno republicano de Ronald Reagan, en plena etapa de tensión de la Guerra
Fría. Narra la historia de Philip y Elizabeth Jennings, dos espías soviéticos de la KGB que se hacen pasar por una pareja
norteamericana que
construye toda una vida normal y familiar en Estados Unidos mientras lleva
adelante operaciones encubiertas para filtrar información a su gobierno. Una representación teatral del sueño americano, repleta de pelucas,
maquillaje, bigotes falsos y múltiples personalidades, a cargo de espías
soviéticos.
Orphan Black
Las nominaciones a los premios Emmy de este año revelaron
sorpresas, obviedades e injusticias, pero también una importante
reivindicación. En el rubro de mejor actriz fue nominada –¡al fin!– Tatiana
Maslany, una actriz canadiense que hace un trabajo descomunal en la serie de
ciencia ficción Orphan Black, producida por BBC América. Maslany asume el rol
de diferentes mujeres (con personalidades muy disímiles) nacidas de un
experimento que las convirtió en clones. Además del despliegue de la actriz,
que implica cambios de vestuario, maquillaje y sobre todo modificar
constantemente el chip de cada personaje sin perder ni un gramo de
credibilidad, la serie es muy dinámica y entretenida. Cuenta con personajes
queribles, bien definidos, que mantienen buena química entre sí y que llevan
adelante una historia cargada de subtramas, una característica que en la previa
podría resultar un tanto compleja pero que se resuelve de manera simple y
eficaz. La historia, además, dosifica muy bien la información que brinda,
aportando en cada capítulo un dato nuevo y ampliando el conflicto a una escala
que todavía no sabemos hasta dónde puede llegar.
Si estás mínimamente conectado con el mundo exterior,
seguramente conozcas al Dr. Hannibal Lecter. Este mítico personaje, creado por
el novelista Thomas Harris y encarnado en el cine por Anthony Hopkins, se
convirtió en uno de los asesinos seriales más siniestros del mundo de la
ficción. Y en esta época dorada de la televisión, en la que no solo se crean
buenos programas originales, sino también interesantes adaptaciones, era lógico
que se recurra a una historia tan rica como la de caníbal más famoso. La cadena
NBC asumió el riesgo de realizar esta historia de la mano del productor Bryan
Fuller, a quien tal vez conozcan de series como Dead Like Me, Pushing Daisies o
Wonderfalls. ¿Por qué Hannibal es una serie tan buena? Primero porque el actor
danés Mads Mikkelsen logró descolgarse la mochila de Anthony Hopkins y
construir un personaje complejo, que genera rechazo y empatía al mismo tiempo y
que cuenta con un aura de invencibilidad que lo vuelve el peor villano que te
puedas cruzar. Seguramente el formato de serie facilita la construcción de
diferentes capas en un personaje, como lo puede lograr también la literatura y
más difícilmente el cine. En segundo lugar porque es una obra de arte, de una
factura visual bellísima, con un trabajo fuerte de fotografía y posproducción
–acompañado por un guión que promueve el uso de estos recursos-, que logra
llevar al espectador a un clima de hipnosis propio de una sesión de terapia con
el Doctor Lecter. Y tercero porque el reparto, que incluye a Hugh Dancy,
Laurence Fishburne, Gillian Anderson y Caroline Dhavernas, hace un trabajo
perfecto en la construcción de un mundo que se divide entre lo onírico y lo
real, sin caer en sobreactuaciones ni en situaciones inverosímiles. A pesar de
que se anunció que la tercera temporada de Hannibal será la última, tenemos
esperanza de que otra cadena -¿tal vez Netflix?- reflote el proyecto y la
traiga nuevamente a la televisión.
The Fall
Esta miniserie irlandesa que protagoniza Gillian Anderson
(Hannibal, X Files) junto con Jamie Dornan (el galán de “50 sombras de Grey”)
es algo más que un simple thriller, mucho más que el clásico juego del gato y
el ratón. La presencia de un asesino serial de mujeres en la ciudad de Belfast,
Irlanda, obliga a la policía local a solicitar la ayuda de la detective inglesa
Stelle Gibson. Además de contar con personajes fuertes, con carácter, que
logran –en el caso de la dupla protagonista– ensamblarse como dos caras de una
misma moneda, con similitudes y abismales diferencias, la historia presenta
también a la ciudad de Belfast como un escenario de luces y sombras, que tiene
los mismos fantasmas que muchos de los personajes que la habitan. Con un
desarrollo narrativo un tanto más denso que el común de las series policiales,
The Fall aprovecha esta cualidad para acentuar la carga de suspenso de la
historia y construir lentamente la compleja relación entre la detective y el
asesino, que oscila entre el rechazo y la admiración.
Grimm
Ok, esto sí es un completo capricho. Pero si te interesan
las historias de fantasía y criaturas extrañas, en un marco de drama policial,
Grimm te va a gustar. Con algunos personajes inspirados en los cuentos de los
hermanos Grimm, esta serie –que emite Universal Channel en la Argentina– logró
construir de manera muy sobria, sin excentricidades, un mundo sobrenatural en
el que conviven humanos y seres Wesen, criaturas que pueden adoptar forma
humana pero que en el fondo son temibles –o queribles– animales. La serie, a
pesar de tener que contar cada semana una historia diferente (con una trama
general que avanza lenta pero sostenidamente), no alcanzó todavía el desgaste
propio del formato y se mantiene viva luego de cuatro temporadas.