jueves, julio 30, 2015

Cinco grandes series que tal vez no conocías

El mundo de las series es tan rico y su abanico tan amplio, que es imposible ver todo lo que ofrecen tanto la televisión como las plataformas on demand. Por eso, casi la mayoría de las personas termina viendo aquellas cuatro o cinco series que trascienden su propio nicho y se vuelven más populares. En esta oportunidad, queremos recomendar algunas ficciones que son reconocidas, tienen su público, pero que todavía, si las mencionamos en alguna reunión de amigos, difícilmente todos las conozcan.

Ojo, es una selección completamente caprichosa:

The Americans

Probablemente es la serie más subvalorada que se puede encontrar hoy en día en la televisión. Marginada en las entregas de premios, cada temporada –van tres– The Americans se encarga de demostrar que una buena historia de espías no necesita grandilocuencia, sino sutilizas, inteligencia, diálogos certeros, emoción y momentos puntuales de impacto. ¿De qué trata? La serie transcurre en la década del ‘80, durante el gobierno republicano de Ronald Reagan, en plena etapa de tensión de la Guerra Fría. Narra la historia de Philip y Elizabeth Jennings, dos espías soviéticos de la KGB que se hacen pasar por una pareja norteamericana que construye toda una vida normal y familiar en Estados Unidos mientras lleva adelante operaciones encubiertas para filtrar información a su gobierno. Una representación teatral del sueño americano, repleta de pelucas, maquillaje, bigotes falsos y múltiples personalidades, a cargo de espías soviéticos.

Orphan Black

Las nominaciones a los premios Emmy de este año revelaron sorpresas, obviedades e injusticias, pero también una importante reivindicación. En el rubro de mejor actriz fue nominada –¡al fin!– Tatiana Maslany, una actriz canadiense que hace un trabajo descomunal en la serie de ciencia ficción Orphan Black, producida por BBC América. Maslany asume el rol de diferentes mujeres (con personalidades muy disímiles) nacidas de un experimento que las convirtió en clones. Además del despliegue de la actriz, que implica cambios de vestuario, maquillaje y sobre todo modificar constantemente el chip de cada personaje sin perder ni un gramo de credibilidad, la serie es muy dinámica y entretenida. Cuenta con personajes queribles, bien definidos, que mantienen buena química entre sí y que llevan adelante una historia cargada de subtramas, una característica que en la previa podría resultar un tanto compleja pero que se resuelve de manera simple y eficaz. La historia, además, dosifica muy bien la información que brinda, aportando en cada capítulo un dato nuevo y ampliando el conflicto a una escala que todavía no sabemos hasta dónde puede llegar.  

Hannibal

Si estás mínimamente conectado con el mundo exterior, seguramente conozcas al Dr. Hannibal Lecter. Este mítico personaje, creado por el novelista Thomas Harris y encarnado en el cine por Anthony Hopkins, se convirtió en uno de los asesinos seriales más siniestros del mundo de la ficción. Y en esta época dorada de la televisión, en la que no solo se crean buenos programas originales, sino también interesantes adaptaciones, era lógico que se recurra a una historia tan rica como la de caníbal más famoso. La cadena NBC asumió el riesgo de realizar esta historia de la mano del productor Bryan Fuller, a quien tal vez conozcan de series como Dead Like Me, Pushing Daisies o Wonderfalls. ¿Por qué Hannibal es una serie tan buena? Primero porque el actor danés Mads Mikkelsen logró descolgarse la mochila de Anthony Hopkins y construir un personaje complejo, que genera rechazo y empatía al mismo tiempo y que cuenta con un aura de invencibilidad que lo vuelve el peor villano que te puedas cruzar. Seguramente el formato de serie facilita la construcción de diferentes capas en un personaje, como lo puede lograr también la literatura y más difícilmente el cine. En segundo lugar porque es una obra de arte, de una factura visual bellísima, con un trabajo fuerte de fotografía y posproducción –acompañado por un guión que promueve el uso de estos recursos-, que logra llevar al espectador a un clima de hipnosis propio de una sesión de terapia con el Doctor Lecter. Y tercero porque el reparto, que incluye a Hugh Dancy, Laurence Fishburne, Gillian Anderson y Caroline Dhavernas, hace un trabajo perfecto en la construcción de un mundo que se divide entre lo onírico y lo real, sin caer en sobreactuaciones ni en situaciones inverosímiles. A pesar de que se anunció que la tercera temporada de Hannibal será la última, tenemos esperanza de que otra cadena -¿tal vez Netflix?- reflote el proyecto y la traiga nuevamente a la televisión.

The Fall

Esta miniserie irlandesa que protagoniza Gillian Anderson (Hannibal, X Files) junto con Jamie Dornan (el galán de “50 sombras de Grey”) es algo más que un simple thriller, mucho más que el clásico juego del gato y el ratón. La presencia de un asesino serial de mujeres en la ciudad de Belfast, Irlanda, obliga a la policía local a solicitar la ayuda de la detective inglesa Stelle Gibson. Además de contar con personajes fuertes, con carácter, que logran –en el caso de la dupla protagonista– ensamblarse como dos caras de una misma moneda, con similitudes y abismales diferencias, la historia presenta también a la ciudad de Belfast como un escenario de luces y sombras, que tiene los mismos fantasmas que muchos de los personajes que la habitan. Con un desarrollo narrativo un tanto más denso que el común de las series policiales, The Fall aprovecha esta cualidad para acentuar la carga de suspenso de la historia y construir lentamente la compleja relación entre la detective y el asesino, que oscila entre el rechazo y la admiración.

Grimm

Ok, esto sí es un completo capricho. Pero si te interesan las historias de fantasía y criaturas extrañas, en un marco de drama policial, Grimm te va a gustar. Con algunos personajes inspirados en los cuentos de los hermanos Grimm, esta serie –que emite Universal Channel en la Argentina– logró construir de manera muy sobria, sin excentricidades, un mundo sobrenatural en el que conviven humanos y seres Wesen, criaturas que pueden adoptar forma humana pero que en el fondo son temibles –o queribles– animales. La serie, a pesar de tener que contar cada semana una historia diferente (con una trama general que avanza lenta pero sostenidamente), no alcanzó todavía el desgaste propio del formato y se mantiene viva luego de cuatro temporadas.




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