sábado, julio 05, 2008

Conducta Insteligente


Si hay algo que nos diferencia de los animales es que nosotros tenemos la posibilidad de reflexionar, pensar y de postergar el deseo. El animal es feliz con su conducta instintiva, hace lo que quiere mientras puede a diferencia de nosotros que no hacemos lo que queremos, aun pudiendo. Suena demasiado liberal pensar en hacer lo que a uno le plazca sin medir consecuencias, sobre todo si vivimos en un planeta donde todo está muy establecido, donde el cambio retumba hasta en los rincones más inhóspitos y donde uno pasa a ser juzgado por variar las normas. Tampoco es que planteo un mundo anárquico, solo juego a imaginar como sería un lugar sin tantas restricciones, no solo sociales, sino también las que se establece uno, aunque esto este íntimamente relacionado. Dicen que aquellos que disfrutan la vida la viven menos tiempo, probablemente si la sociedad estuviera regida por esta libertad de instinto habría una explosión constante. Así como uno tiende a postergar quehaceres solo por el simple hecho de no tener ganas en ese momento, ¿Quién nos asegura tener ganas más adelante? Hoy no quería hablar de esto, mejor dicho, no es que no quería, sino que toda la semana tuve el “tema del día” en la cabeza y hoy no me lo acuerdo. Eso me pasa por no anotar. Volviendo al tema, también solemos postergar nuestros gustos y deseos. A veces no viene nada mal disponer un poco del ello que planteaba Freud. Creo que más allá de las reglas sociales, el que se limita es uno mismo. En ese sentido podría plantear una actitud solidaria del ser humano ¿Cuántas veces uno no hace algo por amor al prójimo? y algún refutador me podría decir lo contrario, estableciendo la cara opuesta de la moneda, aquella en la que aparece un personaje egoísta (que creo que son minoría) y que actúa en base a su instinto dominador. De hecho nos damos cuenta de estas cosas. Yo en este momento lo estoy escribiendo y eso no significa que en cinco minutos vaya a convertirme en una persona que camina desnuda por la calle. Esto es claro, somos conscientes de nuestras limitaciones, por lo menos eso es un avance. El reconocimiento es el primer paso para resolver un problema. Aunque no me gusta denominarlo de este modo, si esto es un problema vivimos en uno mayor, constantemente. Pero ahora mírenlo de este modo ¿No les pasa que cuando tienen aquello que desearon por mucho tiempo, luego de explotarlo durante un periodo determinado, se vuelve un objeto obsoleto, poco deseable? ¿Si tuviéramos en nuestras manos el poder de hacer lo que queramos no nos aburriríamos en algún momento? Quizás esta idea que se nos plantea sea la mejor manera de ver esta postergación del deseo no como una imposibilidad, sino como una dificultad a superar, volviéndose mucho más deseable. Todos sabemos que aquello que nos es difícil, nos atrae más. Tampoco se tiene que convertir en una excusa para no actuar, el momento justo llega y hay que deducirlo. Pero en algo hay que quedarse tranquilo, no hay un solo momento justo, no hay un solo objeto de deseo, sí hay un límite de tiempo.

1 comentario:

LucreAbregu dijo...

sin ser drastica...
hay dias en los que seria mejor ser un animal, no tener que pensar, decidir, actuar...
es mas dificil es mas facil...
hoy preferiria no haber decidido...