lunes, diciembre 29, 2008

2009


En este nuevo año que se aproxima no deseo objetivos irrealizables, metas abstractas e ideales que dificilmente se logren a corto plazo. Solo deseo que todos ustedes aprovechen los momentos, el presente, porque el futuro solo es una consecuencia de hoy en día. Y esos momentos se traducen en detalles, en una salida, en despertarse con sentido del humor, en una rica comida, en cariño y afecto de seres amados. Son las situaciones cotidianas las que nos forman y no hay que desmerecerlas. Espero que este 2009 este repleto de pequeños detalles que marquen la diferencia. Todos los años suelo pedir lo mismo, a veces se logra en mayor o menor medida, pero lo que vale es el intento y la conciencia es quien se queda tranquila. El blog entra en receso por unas semanas, espero que puedan disfrutar de sus vacaciones. Si no viajan a ningún lado, juntensé con amigos, salgan, vean una buena película, duerman, aprovechen.
Saludos a todos y buen año.-
Patricio

sábado, diciembre 20, 2008

24 realidades por segundo


Me imagino este fin de año como el final de una película. Algunos de aquellos Films que cuentan historias de personajes diferentes que a lo largo de esa hora y media de vicisitudes concentradas van reflejando la vida de muchas personas reales. Imagino la música de un piano de fondo, con algunos toques típicos de la música de las películas de Burton, gente abrazándose en cámara lenta, primeros planos con plenas sonrisas en los rostros. O por que no, teniendo en cuenta los contrastes de la vida y de las historias cinematográficas, planos generales con un suave acercamiento a personajes solitarios, hundidos en su tristeza, alternando el montaje de estas realidades opuestas, tal como se vería en la historias reales. Ni una película puede concentrar tantas realidades disímiles, ni siquiera la vida tiene tal poder de concentración. Niños corriendo alrededor de un árbol de navidad, risas por doquier, gente saludándose, estrechándose las manos, brindando por un nuevo año. Niños sentados en plena vereda, tristeza en sus miradas, observando a cámara mientras se vuelven a escuchar las mismas risas. Personas caminando por delante de ellos, solo se ven sus piernas, el foco de atención está en los niños. Paisajes diferentes, bellos hogares, frazadas en las calles, puentes que cubren la vida, mientras algunos automóviles pasan velozmente tratando de llegar rápido a la cena. Una grúa, de arriba hacia abajo toma las circunstancias. Y la vida es una película mientras que el montaje es el poder de demostración de un contraste que supera la ficción y también la realidad. La música enfatiza la memoria emotiva, nos inserta dentro la imagen como si fuera hecha solo para nosotros. Pero el destino implica que cada personaje se encuentre en una situación diferente, porque el poder de elección es muchas oportunidades es escaso y la realidad supera toda decisión. Las luces se encienden, los espectadores aplauden, se miran a los ojos sonriendo, se paran y salen de la sala, mientras los créditos pasan desapercibidos, porque no queremos conocer la verdad detrás de esos personajes.

domingo, diciembre 14, 2008

Éxito o Fracaso


Ante el advenimiento de situaciones extraordinarias el ser humano tiende a protegerse ante la falta de conocimiento. Todos viven más seguros en la monotonía de la rutina, donde las baldosas de la vereda son iguales y los pasos a seguir surgen de memoria. Pero a su vez, inmersos en la regular programación diaria, exigimos constantemente una situación diferente que quiebre dicho establecimiento mental y que nos provea de cierta adrenalina que tan bien le hace a nuestro estado anímico. De ahí cierta cobardía del ser humano que sale con espada a la puerta de su casa y descubre el escudo cuando lo exterior lo afronta. Pero es difícil de juzgar esta actitud ante la digna excusa del cobarde que le atribuye al azar el éxito o fracaso de su arriesgado quiebre. Decimos simplemente azar por no describir el amplio abanico que abarca todos los factores externos que condicionan nuestro desprotegido accionar. Pero al fin y al cabo, cuando el paso del tiempo hace su tarea y aquellos memoriosos seres de ojos caídos y blanco cabello dicen sus últimas palabras aconsejando a los sordos que no quieren escuchar, el fin termina siendo diferente en cada uno, sordos por decisión, arriesgados o aguardados por personalidad. Probablemente la palabra más recurrente termine siendo el “hubiera” cuando debemos darnos cuenta de que el segundo abarca la vida y que ni el ser humano más capaz puede acertar el salto en la baldosa correcta.

martes, diciembre 09, 2008

El día que Madonna fue al cine


Aquellos que suelen ir al cine en diferentes momentos del día y en diferentes momentos del año, conocen las recomendaciones básicas que indican cuando ir y cuando no. Por ejemplo, si no tenés hijos y te gusta ver las películas en su idioma original (soy de los que piensan que el doblaje le saca, fácil, el 50% de sentido al film) no vayas durante esos quince días nefastos de vacaciones de invierno en los cuales las largas filas te impiden ver la entrada al cine. Y si estás soltero y tenés problemas para asumir tu condición, no vayas un sábado por la noche, porque probablemente vas a entrar en una profunda depresión. Visto y considerando que ciertos días y momentos deben ser descartados, el plan era perfecto. Lunes por la noche, tranquilidad absoluta, una leve brisa exterior que daba la sensación de que no mucha gente iba a salir de su hogar, una semana con estrenos no demasiado taquilleros, una suma de condiciones que permitían intuir que podría disfrutar de una película con cierta tranquilidad. Además, no estamos hablando de un cine barrial que puede ser ocupado fácilmente, estamos hablando del Village Recoleta, un cine que, a pesar de pecar de carero, ofrece relativas comodidades y bastas y variadas salas, muchas salas. Entramos con C (me salió la Rosa Montero de adentro jaja) y vimos que algo raro había. No sabíamos que pasaba, era cuestión de acercarse y meter las narices para descubrir que era lo que sucedía. Por un lado, había bastante gente, lo cual ya nos llamaba la atención, pero no dejaba de ser una situación poco importante, y por otro lado, comenzamos a ver junto a los horarios de todas las películas (salvo High School Musical) una de las palabras/frases más frustrantes (junto al No Funciona) “AGOTADAS”. Nuestra primera reacción fue:- ¿AGOTADAS? No podía ser, era lunes, había gente pero no tanta, hacía frío, no había buenas películas, era imposible que todas las funciones estén agotadas. ¡Y además era el Village! Uno de los cines con más salas en Buenos Aires. Me carcomía la incertidumbre. ¿¿¿Por qué??? A pesar de que no preguntamos ni nada, nuestra conclusión tenía sentido. Primero conjeturamos con la posibilidad de que un grupo de japoneses había copado las salas, lo cual era extremadamente raro. Segundo, mientras nos dirigíamos a otro cine (que tenía solo DOS películas, una sala cada una, y obviamente había entradas) C dijo: ¡Madonna!
A partir de esa palabra el mundo se volvió coherente para nosotros. ¡Claro! Madonna había llegado a Buenos Aires justo ese día y le pintó ir al cine. Tengamos en cuenta que Madonna se está alojando en la suite presidencial de un hotel en Recoleta. Obviamente tenían que darle todas las entradas para que pudiera disfrutar de su película con tranquilidad, para desgracia de muchos, como nosotros. Maldita Madonna, pensamos. ¿Quién se cree que es para privarnos de disfrutar de una linda noche cinematográfica?
Esta situación no deja de ser improbable pero es graciosamente imaginable. Son los casos en los que la imaginación le da sentido a una situación.
Ahora pienso…¿Y si Madonna fue al cine con una delegación de japoneses?

sábado, noviembre 22, 2008

Imagine all the people...


Una de las tantas cosas que cada tanto se me da por hacer es imaginar. En realidad vivimos imaginando, pero el tema es que no nos planteamos hacerlo. ¿Qué pasa cuando nos sentamos y decidimos que queremos imaginar? Una de las tantas características de esta cualidad humana es la posibilidad que se tiene de esbozar mentalmente imágenes que no suceden, pero que con la concentración suficiente se vuelven reales en nosotros mismos. Una diferencia entre la imaginación deliberada y la casual es el detalle. Podemos caminar y tener sensaciones de diversas cosas al observarlas, pero no dejan de ser momentáneas, esporádicas, volátiles como plumas al ser tocadas por el viento de la concreta realidad, mientras que en este momento me encuentro sentado escribiendo frente al monitor a altas horas de la noche con la idea concreta de generar imágenes en mi cabeza que me ayuden a entender una situación ficticia, que no hace más que inclinar la balanza hacia la irrealidad en desmedro de una realidad insatisfecha.
Esto fue solo una introducción para una de esas ideas que generan detalles en nuestra mente y nos llevan a lo que yo llamo “el mundo paralelo”. Suelo preguntarme qué pasaría si tal cosa pasara. De la nada – bueno, no soy sincero- se me surgió la posibilidad de que las voces callaran. No se preocupen, no voy a cerrar el blog, hablo en sentido literal. ¿Qué pasa si las personas dejan de hablar?
La comunicación no es necesariamente oral, eso lo sabemos, sin embargo sin el poder del habla (porque creo que es más que una capacidad, es un poder) las cosas se dificultarían demasiado, tardaríamos mucho más en lograr determinados objetivos y, a pesar de que compartimos un código a partir de la cultura, la ansiedad humana empeoraría. Sobre todo porque uno sufre más cuando pierde algo que cuando no lo tiene. Los primeros grupos humanos no tenían la posibilidad de expresarse a través de palabras y, aunque es cierto que podían comunicarse a través de gritos, ruidos, o cualquier otro sonido, vivían tranquilamente sin conocer sus limitaciones o, mejor dicho, sin conocer lo que no tienen.
El problema es cuando uno goza de algo y lo pierde, y conociendo mínimamente al ser humano actual, este planteo sería una verdadera catástrofe.
Más allá de eso, sería interesante ver lo que sucede por lo menos por un día. Sería una verdadera prueba que requeriría de la necesidad de expresarnos con el cuerpo, a través de los gestos. Hay quienes que se verían frustrados y hay quienes que…lo agradecerían toda la vida.

sábado, noviembre 15, 2008

T.i.e.m.p.o


Mi abuelo tiene una teoría que está relacionada con el paso del tiempo. Obviamente su idea no tiene carácter científico, es una mera suposición, pero se lo ve fuerte en su creencia. Y francamente me estoy convenciendo cada vez más de que este fenómeno se está produciendo. En realidad, cada vez que surge este debate que plantea la posibilidad de que el tiempo pasa más rápido, yo suelo decir que estamos viviendo en una sociedad sin freno, que vive corriendo, incluso en sus sueños. Esta vorágine genera mucha actividad y a su vez mayor concentración por parte de las personas, quienes se desentienden del lento paso temporal. Entonces, cada vez que vemos ese aparato atormentador llamado reloj, sentimos que el “tiempo paso volando” y que la vida, aquella que en apariencia se muestra eterna, es una simple cuenta regresiva. Me asusta pensar en esto. Creo que, a pesar de que un poco de filosofía o tener dudas existenciales y de vida genera reflexión, me estoy dando cuenta que la acción es fundamental y si miramos el reloj luego de un día provechoso, repleto de actividad, con rutina y sin ella (acuérdense de los pequeños detalles que marcan la diferencia), creo que no debería importarnos esta cuenta regresiva. Es verdad, esto nos presiona, pero solo si nuestra conciencia le da importancia. Hace poco escuché a una persona que decía que un poco de locura hace bien y que en la vida hay que plantearse objetivos alcanzables y a corto plazo. El único objetivo a largo plazo que me podría plantear es el de llegar a la vejez y morir satisfecho, aunque tampoco debería pensar en eso.
Si se ponen a pensar, este rápido paso del tiempo no solo se nota al finalizar el día, sino también cuando recordamos algún evento pasado y no podemos creer que haya pasado tanto tiempo. Sobre todo porque nuestra memoria almacena hasta los detalles más olvidables de tales acontecimientos, y los percibimos como si los estuviéramos realizando nuevamente. La tecnología y su avance es otro factor, otra causa. La sociedad pos modernista se encuentra en un estado de enajenación absoluta (como yo en este momento, puede pasar una manada de leones detrás de mí y no me voy a dar cuenta). Heidegger decía que esta sociedad tecnológica tiene un pensamiento calculador y que, con la capacidad de la “serenidad”, o sea, la posibilidad de tomar la tecnología como herramienta y no como forma de vida, nos ayudará a desarrollar un pensamiento meditativo y reflexivo. Me fui por las ramas, lo se, pero supongo que les pasará que cuando escriben ramifican ideas, como si fueran raíces, y van generando nuevas, relacionadas entre sí, sin llegar a una conclusión bien definida. Las conclusiones no siempre son necesarias, la apertura a nuevas posibilidades sí.

sábado, noviembre 08, 2008

Hogar sucio Hogar


Si son como yo, probablemente les genere la misma sensación. En cambio, si no son como yo, probablemente yo, y alguno que otro, no tendrá una linda sensación respecto de sus actos. A no asustarse, no soy tan cerrado. Pero en lo que respecta al cuidado ambiental, creo que debería haber una única posición. Aplaudo a aquellos que dedican su tiempo a hacer algo para salvar los desastres que se están produciendo en nuestra maltratada Tierra. Desde mi posición, solo puedo atinar a cumplir lo mínimo e indispensable y creo que la solución es simple y a la vez compleja. Si cada uno tiene un mínimo cuidado en lo que respecta a limpieza y ahorro de energía, la solución es simple. El problema radica en la masa y en la falta de educación. Como siempre, podemos ser muy inteligentes, escribir libros, dar conferencias y tener mucho prestigio, pero en conjunto somos simples animales inconscientes que se chocan unos con otros y que caminan con los ojos cerrados, golpeando todo a su alrededor, hasta el mismísimo suelo. Se me va la diplomacia al carajo y me enfurece ver caer un papel en la calle. Estoy comenzando a tomar el coraje de levantarlos y devolvérselos en tono irónico a los lanzadores, vivos que se creen que un papel no hace la diferencia. ¡Que poca visión que tienen! Y que egoístas…
El que no se da cuenta de los cambios que está sufriendo la Tierra vive en una botella con vidrios polarizados.
Ayudemos a vivir en un mundo mejor…

http://www.climnet.org/publicawareness/toptipsspanish.pdf

sábado, noviembre 01, 2008

Dosis


Una pequeña dosis. Día a día se va gestando aquello que nos hace superhombres. Virtud de pocos, deseo de muchos. La dosis que nos moviliza a realizar aquello que uno no espera, pero que con orgullo y satisfacción luego se disfruta. Puño cerrado, fuerza acumulada y desaparición de los titubeos que fueron la principal causa de tu fracaso. Y ese momento en el que miras a los ojos sin esquivar destinos, con la mente en pleno estado de excitación, y con la conciencia que apunta a ese objetivo que trepa los muros del desconcierto y se muestra más claro que nunca.
Escalera a una nueva forma de ser, dejando atrás los miedos propios y ajenos. Carrera de personalidades cuyos rastros se vuelven cada vez más distantes.
Adicción a la dosis de confianza, esperando no caer en la tentación de aquel momento en el cual el deseo era una irrealidad.

domingo, octubre 26, 2008

¿Qué debe tener un texto para que sea interesante?


El otro día tuve que responder una de esas preguntas que suelen tener respuestas cortas porque es tanto lo que uno puede decir que se vuelve difícil de plasmar. Son tantos los argumentos que surgen dentro de nuestros pensamientos que resulta dificultoso enhebrar las distintas ideas. La pregunta era: ¿Qué debe tener un texto para que sea interesante? Lo primero que escribí fue que era altamente probable que, a pesar de que muchas de las respuestas coincidieran, la realidad o esencia de cada una sería totalmente diferente. Uno puede hablar de estilos, formas, vocabulario o temas pero es tan imperceptible aquello que nos atrae de un texto que habría que indagar en lo más profundo de nuestro fundamento. Sin entrar en formalidades, me encantan los textos que me hacen pensar en lo que estoy leyendo y en lo que no estoy leyendo, me encanta que las hojas pasen de cincuenta en cincuenta, como si el paso del tiempo estuviera en un estado paralelo al de la realidad conocida. Me encanta reír, llorar o palpitar ante una única palabra. Es como si me transportara a la mente de aquella persona y jugara a adivinar las razones de sus palabras que, a pesar de la importancia en cuanto a esencia del texto, dan un paso al costado ante el avance desordenado y disperso de nuestras razones, las del lector. Porque la interpretación que uno le da al texto es lo que finalmente nos toca sensiblemente, como si hubiera un punto dentro de nuestra mente que debe ser rozado para que se genere una vibración emocional en nosotros. Como cuando entendemos lo que solo nosotros queremos entender, a pesar de la insistencia de nuestro interlocutor por dar motivos que son fundados y gratificantes para él, pero no para uno. Por eso es tan subjetivo lo interesante de un texto. Otro punto es el momento en que uno escribe. Necesitamos algún tipo de reacción que nos brinde esa energía para explotar la seguidilla de palabras que luego, en conjunto, forman esa estructura que puede llegar a ser maravillosa. La primera palabra puede generar un texto, potencialmente, increíble. Después está en cada uno poder satisfacer lo que un buen texto necesita. Y todavía estoy tratando de dilucidar cuándo me siento más cómodo escribiendo, si en los momentos de pena o en los momentos de intensa alegría. En ese sentido la tristeza te abre un poco la cabeza, te hace pensar –a veces demasiado- a diferencia de la alegría que te lleva a otro estado, prácticamente de hipnosis. No se, depende de muchos factores, como dije antes, lo sigo pensando. Bueno, si tienen ganas de compartir sus opiniones, saben que me encanta leerlas. Hasta la próxima.

sábado, septiembre 27, 2008

Viernes que te quiero viernes



En un instante de holgazanería mental me puse a discutir conmigo mismo sobre qué día de la semana prefiero. Fue una discusión netamente subjetiva y digamos que influyó mucho el hecho de que lo pensé el día que más posibilidades tenía de ser elegido. Que se abstengan de concordar aquellos que prefieren los hechos antes que la ilusión de que sucedan. Digo esto porque el viernes es uno de esos días en que decís: ¿Qué pasará este fin de semana? Mas que nada por la razón de que durante la semana (salvo algunos casos a los cuales les tengo mucha envidia) uno vive inmerso en la monotonía, en la rutina diaria, vemos las cosas en forma cuadrada cuando en realidad la diversidad es total. Y ustedes pensarán: ¿Pero qué dice? Si el viernes es parte de esos cinco días “robotizantes”. Es cierto que -por lo menos durante el día- hacemos lo mismo que el resto de la semana, pero también es verdad que la predisposición es otra, las sonrisas ilusorias sobresalen y los pensamientos esperanzadores fluyen como mariposas que abandonan la crisálida (sí, lo tuve que buscar en Internet) y vuelan esperando encontrar la felicidad (básicamente, la reproducción) en un solo día de vida (y después nos quejamos).
Después llega el fin de semana y la suerte se convierte en una ruleta. Puede pasar de todo o no pasar nada. Como cuando es domingo y uno ruega para que no caiga el sol y cuando esto pasa, esa noche se convierte en una pre-etapa de la monotonía incesante.
Por eso el viernes es mi día preferido, es la oportunidad para que pase de todo y evitar que no pase nada. Sin embargo, aquellos que tienen esa ilusión todos los días de la semana se merecen mi respeto y sepan que en un futuro no muy lejano me va a pasar lo mismo.

sábado, septiembre 20, 2008

Qué pasa


Qué pasa si uno camina por la calle y todo se detiene
qué pasa si los gritos se convierten en silencio
qué pasa si la Tierra deja de rotar alrededor del Sol
qué pasa si el aire se vuelve denso y agotador
qué pasa si las lágrimas se evaporan
qué pasa si las risas se convierten en meras posturas faciales inmóviles
qué pasa si la esperanza se vuelve una desilusión
qué pasa si la espera se convierte en resignación
qué pasa si los sueños no nos logran despertar.

Qué pasa...

sábado, septiembre 06, 2008

Aguafuertes porteñas


En estos días terminé de leer un libro de Roberto Arlt llamado “Aguafuertes porteñas”. En cierto sentido me hizo dar cuenta de algunas cosas, de las cuales ya sospechaba, pero no quería creer. El autor describe determinados estereotipos de personas y de situaciones que, a pesar de haberlas escrito hace más de 70 años, aún tienen vigencia. Y me pongo a pensar en lo poco especiales que somos. Es un comentario un poco crudo y falto de magia e ilusión, pero el hecho de que una persona que no conocemos detalle características de otras con tanta simpleza y facilidad, nos saca una sonrisa cómplice pero a su vez nos dice: “Flaco, todo lo que te pasa, o todo lo que sos, es un ejemplo más de la tirada en serie que salió de la fábrica de personas”.
Pero también me pongo a pensar en algo, y caigo en la ingenuidad, el estado más puro que hay. Las cosas que se me pasan por la cabeza, toda la visión que uno tiene de ciertas situaciones, los planteos que alguien se hace, la velocidad de los pensamientos, tan distintos y entrelazados, no pueden ser algo tan cotidiano. La magia se encuentra dentro de nosotros y ahí marcamos la diferencia con el resto. Podrá haber muchos arrogantes, inútiles, garcas, tipos sencillos o lo que sea, pero apuesto todo lo que tengo a que en cada una de sus mentes hay un mundo diferente, una sensación que va más allá de lo que vemos a simple vista, un libro cerrado lleno de interrogantes, visto solo desde su interior por sus propias palabras.
Es un tema que genera que uno sufra o sea feliz por ciertas situaciones externas, superficiales, que uno, erróneamente, considera especiales y que simplemente son condimentos, esencias o, en términos “blogueros”, plantillas que nos ofrece la vida para darle un matiz diferente y no caer siempre en lo mismo. Pero la recurrencia de estos matices los vuelve aburridos, monótonos, y poco originales. Que lastima que no podemos vivir de fiesta en fiesta en un lugar tan inexplorado -porque aún hay tanto por explorar- y sorpresivo como nuestra mente, pero que miedo que da que haya más de un invitado en ese fantástico acontecimiento.

sábado, agosto 30, 2008

Mente blanca


Estado de pasividad absoluta. Rebeldía de pensamientos en protesta por la presión creativa. El estadio de las palabras se encuentra vacío, como ciudad en pleno feriado. Palabras vagas y descoloridas forman la corta fila, sin importar la presión, pero exentas de la jerarquía de sus superiores. Y el mandamás llora por la revolución, desespera ante la falta de poder y busca por doquier suplir su falta. Pero la sublevación es grande, las protestas llevan a la vulgaridad, y los resultados generan una indefectible pérdida.
El líder cae en desolación, se vuelve escéptico ante la solución e ignora la rebelión.
Ante la falta de atención, las subversivas pierden su valor y reclaman por recuperar prestigio. Pero el prestigio es trabajo y este con la huelga no se lleva nada bien. La elite de los vocablos comienza a ingresar al estadio a paso lento, con orgullo escondido y con miradas desapercibidas. El palco del cabecilla se encuentra vacío, húmedo por las lágrimas, escondido en sus blancas sábanas. Estas toman color, despiertan al soñador, quien bosteza con tranquilidad, sin prestar demasiada atención. Y la fábrica vuelve a funcionar, cada uno cumple su rol, sin sufrir la constante presión creativa.

sábado, agosto 23, 2008

La segunda piedra


Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Algunos podrán calificarlo como un error propio de la naturaleza humana, otros más orgullosos simplemente no se hacen cargo y reniegan esa posibilidad. Me inclino por la primera opción, a pesar de que no lo considero un error. Seamos sinceros, nos encanta sufrir, sino no lo haríamos tanto. Somos un poco masoquistas en ese sentido, es como si nos diera un poco de curiosidad el sufrimiento. La segunda piedra, de similares características que la primera, es el símbolo de la tentación. Y digo “similares características” porque las dos piedras no son iguales, nunca. Y esa pequeña diferencia entre cada piedra es la que nos obliga, por esas cosas de la vida, a tropezar nuevamente. Y no importa tropezar veinte veces si al fin al cabo consigo lo que quiero. Porque la vida es eso, una escalera, cuya cantidad de escalones depende de cada persona. Por eso mismo, hay que perderle el miedo al tropiezo, porque si tropezamos sufrimos, y si sufrimos queremos, y si queremos somos queridos (de una manera u otra). Básicamente esto se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida, pero todos pensamos en el mismo ¿O no? Releyendo el texto, parece un trabalenguas, perdonen si en algunas partes se presta a la confusión, pero vieron como es esto, un sinfín de pensamientos que corren buscando traspasarse unos a otros, con cierto egoísmo, y con una misma meta.

sábado, agosto 16, 2008

El Arrogante


Su andar es seguro. Si lo que él hace está bien ¿Lo que hace el otro podría estar mejor? Su imagen representa el rechazo de sus propios miedos, maquillados bajo un manto de palabras que glorifican su propia esencia. Amplio conocedor, vividor de mil y una experiencias, superando en cantidad a las de cualquier pobre individuo que quiso pero no pudo.
Eterna amistad reflejada en el espejo de su propio y solitario cuarto. Cabeza erguida, mano levantada saludando a la muchedumbre que se mira de reojo y hace muecas esperando el inevitable arribo. La búsqueda de la quinta pata al gato, siempre y cuando no sea suyo. Monologo exterior, silencio interior. Siempre atento, ofreciendo la solución más viable, orgulloso, no de la ayuda, sino del reconocimiento. Oído atento, jugador del yoyo, perseguido ser llamador de atención. Personaje locuaz, captador de miradas “aprobadoramente” desaprobadoras. Vitalidad superficial, teniendo como idea fija sus propias ideas.

sábado, agosto 09, 2008

Letras mojadas




Letras mojadas escribes en mis sueños.
Lápiz invisible en manos capciosas.
Caricias que supieron contener amor.
Puertas cerradas en tu corazón.


Letras mojadas escribes en mis sueños.
Lápiz invisible en manos capciosas.
Llantos que inundan mi cuarto.
Hunden las llaves de sueños despiertos.


Salida de emergencia a nuevas desilusiones.
Caminos borrados por las mismas palabras.
Tinta roja en mi cuerpo maltratado.
Perfecto el instante en que vuelvo a escucharte.

sábado, julio 26, 2008

Equilibrio


Separación. Ruptura. Dos caminos para un mismo objeto. Alter ego de la realidad. Mirada inamovible, pensamientos a mil revoluciones. Silencio absoluto, paz interior, destrucción exterior. Zumbido de las abejas, desviación de la observación. Retorno a la concentración, búsqueda de equilibrio, neutralidad espiritual. Clarificación un tanto confusa, establecimiento de reglas hechas para no ser cumplidas. Metáfora encubridora, palabras mágicas son un manto de sensaciones palpables, cotidianas, gratificantes y ¿Por qué no? Dolorosas. Hachas interiores rompiendo los muros del silencio, escape de palabras por caminos en vías de expansión.
Pasado chocante, aceleración constante, ceguera dolorosa por movimientos erróneamente pensantes.
Tranquilidad persuasiva, pasos lánguidos, mirada a 360 grados. Relajación, suspiros, vientos suaves sobre mejillas acongojadas. Cierra los ojos y respira.

sábado, julio 19, 2008

Pequeño Invasor


Enigma. Búsqueda insensata de huellas reveladoras. Mirada interior indagando en la nada. Pasillos oscuros, paredes de acero. Pequeño invasor atrapado sin salida, resquebrajando inútilmente los muros de la propia naturaleza. Caminata descubridora, secretos escondidos, recovecos inmensos.
Sorpresa. Destello de luces, temblor de la superficie, corre el invasor sorprendido. Lluvia de mariposas provenientes de orígenes desconocidos. Pasos acentuados por visibilidad de los suelos. Interior invadido por indicios de luces sobre oscuridades.
Espera. Incertidumbre del invasor. Silencio y oscuridad, caminata lenta, miradas por doquier. Pasos pesados sobre superficies blandas y dañadas. Pequeña luz intermitente que se mueve por los lados de esta caja de Pandora. Se sienta el pequeño conquistador, demasiado riesgo para tan poca luz.
Sensación. Sentado y escondido, manos ajenas desaparecidas, vacío esperanzador inútil a los cambios de la realidad. Perseverancia inmóvil, maratón de pensamientos, acciones imaginarias. Quietud en un contexto acelerado. Demasiado para ser real.

sábado, julio 12, 2008

Angeles y Demonios


Hay muchas formas de persuadir a otra persona. Los medios de comunicación son, probablemente, el ejemplo más cotidiano y reconocido por todos. En efecto, nos dejamos persuadir más que nada porque nos ofrecen algo a cambio, una satisfacción inmediata y superficial. No le creo al que dice que no es influenciado por los medios (no hablo solamente de la televisión). En todo caso, los que dicen eso son los casos más delicados. Pero hoy me pongo a pensar en lo difícil que es persuadirse a uno mismo. Obviamente depende del polo negativo o positivo de la persuasión o, en un ejemplo más gráfico, del angelito y el diablito que llevamos en nuestros hombros. No se quién habrá imaginado eso por primera vez, pero realmente merece un premio al entendimiento del ser humano. Si pudiéramos separar al mundo entre el bien y el mal, deberíamos remarcar esta fina línea con el marcador de la persuasión interna del ser humano. Es cierto que hay miles de factores sociales, políticos o económicos (aunque deberíamos abarcar todos en lo social) que influyen en la elección de cada persona a la hora de tomar un determinado estilo de vida y esto implica ser un delincuente o el sujeto más bueno del mundo. Pero todos reconocemos, muy internamente – y a veces no tanto – a ese lobo oscuro que aúlla por los sombríos rincones de nuestro ser y que espera ansioso por una oportunidad de ser liberado. En algunos casos, estas influencias negativas ayudan al lobo a escapar de la jaula de la ética y la moral para convertirse en parte de la “lacra” que supo ser un integrante más de la comunidad del bien. Esta es la peor guerra que va a tener que afrontar el ser humano y ya se está viviendo. Podemos quedarnos sin agua, inundados por el deshielo, deshidratados en los veranos más calurosos o hasta vivir en otro planeta, pero lamentablemente la naturaleza del ser humano es inmodificable. Hay quienes dicen que una persona es en base al entorno en que fue criada y otros suponen ciertas características genéticas que delimitan los márgenes del comportamiento. Creo que hay un poco de cada cosa. Es cierto que si nuestro entorno tiene una determinada característica, estamos propensos a comportarnos de una manera similar, pero también soy conciente de cierta fortaleza mental que, en mi opinión, reside su primera cuota en las bases innatas de nuestro ser. Por algo existen casos de individuos que, aún creciendo en ambientes inhóspitos y terribles, deciden optar por el camino socialmente correcto. No vamos a entrar en la idea de qué es correcto y que cosa no lo es, pero si nos basamos en lo que se aprecia como bueno, todos sabemos qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Por eso, esta fortaleza mental tiene la última palabra. Es el punto en el que se plantea, probablemente antes del primer acto maléfico, si quiero o no hacer esto. La fortaleza o debilidad del ángel y el diablo que llevamos en nuestros hombros. Si queremos seguir pensando, disfrutando y conviviendo deberíamos dejar al pequeño diablo con las palabras en su boca y al lobo aullando hasta el cansancio.

sábado, julio 05, 2008

Conducta Insteligente


Si hay algo que nos diferencia de los animales es que nosotros tenemos la posibilidad de reflexionar, pensar y de postergar el deseo. El animal es feliz con su conducta instintiva, hace lo que quiere mientras puede a diferencia de nosotros que no hacemos lo que queremos, aun pudiendo. Suena demasiado liberal pensar en hacer lo que a uno le plazca sin medir consecuencias, sobre todo si vivimos en un planeta donde todo está muy establecido, donde el cambio retumba hasta en los rincones más inhóspitos y donde uno pasa a ser juzgado por variar las normas. Tampoco es que planteo un mundo anárquico, solo juego a imaginar como sería un lugar sin tantas restricciones, no solo sociales, sino también las que se establece uno, aunque esto este íntimamente relacionado. Dicen que aquellos que disfrutan la vida la viven menos tiempo, probablemente si la sociedad estuviera regida por esta libertad de instinto habría una explosión constante. Así como uno tiende a postergar quehaceres solo por el simple hecho de no tener ganas en ese momento, ¿Quién nos asegura tener ganas más adelante? Hoy no quería hablar de esto, mejor dicho, no es que no quería, sino que toda la semana tuve el “tema del día” en la cabeza y hoy no me lo acuerdo. Eso me pasa por no anotar. Volviendo al tema, también solemos postergar nuestros gustos y deseos. A veces no viene nada mal disponer un poco del ello que planteaba Freud. Creo que más allá de las reglas sociales, el que se limita es uno mismo. En ese sentido podría plantear una actitud solidaria del ser humano ¿Cuántas veces uno no hace algo por amor al prójimo? y algún refutador me podría decir lo contrario, estableciendo la cara opuesta de la moneda, aquella en la que aparece un personaje egoísta (que creo que son minoría) y que actúa en base a su instinto dominador. De hecho nos damos cuenta de estas cosas. Yo en este momento lo estoy escribiendo y eso no significa que en cinco minutos vaya a convertirme en una persona que camina desnuda por la calle. Esto es claro, somos conscientes de nuestras limitaciones, por lo menos eso es un avance. El reconocimiento es el primer paso para resolver un problema. Aunque no me gusta denominarlo de este modo, si esto es un problema vivimos en uno mayor, constantemente. Pero ahora mírenlo de este modo ¿No les pasa que cuando tienen aquello que desearon por mucho tiempo, luego de explotarlo durante un periodo determinado, se vuelve un objeto obsoleto, poco deseable? ¿Si tuviéramos en nuestras manos el poder de hacer lo que queramos no nos aburriríamos en algún momento? Quizás esta idea que se nos plantea sea la mejor manera de ver esta postergación del deseo no como una imposibilidad, sino como una dificultad a superar, volviéndose mucho más deseable. Todos sabemos que aquello que nos es difícil, nos atrae más. Tampoco se tiene que convertir en una excusa para no actuar, el momento justo llega y hay que deducirlo. Pero en algo hay que quedarse tranquilo, no hay un solo momento justo, no hay un solo objeto de deseo, sí hay un límite de tiempo.

sábado, junio 28, 2008

Cambio


Este año tuvo la particularidad de ser diferente. Es raro encontrar esa cualidad en el conjunto de 365 días. Generalmente cuando uno entra en un proceso de X cantidad de años como puede ser la Universidad, a medida que van pasando las cursadas todo se vuelve más o menos igual. Obviamente hay ciertos detalles que cambian, pero en general es más o menos lo mismo, como el colegio.
En mi caso, empecé una nueva carrera, por ende el año es diferente en relación a los pasados. Otro proceso comenzó, al igual que el hecho de conseguir un trabajo, conocer gente nueva y, por que no, cambiar un poco la perspectiva. En ciertos aspectos me redescubrí bastante. Obviamente, cada vez que uno ingresa en su interior para ver que pasa, suele sacar conclusiones que nos dejan satisfechos o más confundidos. Me llevé gratas y no tan gratas conclusiones, pero es algo propio de este cambio que, indefectiblemente, repercute como una onda expansiva en cada uno de nosotros.
Sin embargo, una de las mayores cosas que saqué de ese escaneo interior y que puedo decir que me dejó satisfecho, es que definí muchas cosas en cuanto a la personalidad que, más allá de la inseguridad corriente, me dan cierta confianza. Uno tiene que ser cómo es y al que no le gusta, mala suerte. Uno se va rodeando de gente y de situaciones que tienen que ver con lo que uno es como persona y eso se va afianzando segundo tras segundo.
Asi que, estoy recargado de pilas y tomando el impulso que, espero, sea provechoso.

sábado, junio 21, 2008

El escribir


Hoy arranco de la manera menos recomendable. No se de que hablar y por eso voy a comenzar a escribir a pesar de mi bloqueo mental – probablemente producto de no parar de estudiar – y vamos a ver como fluyen las palabras. Me gustaría saber en qué se inspira cada uno a la hora de escribir, si es que lo hace regularmente. Personalmente suelo pensar en algún tema que fue protagonista en mi semana. La peor parte es cuando uno se sienta a escribir y ve que el blanco de la hoja impone demasiado respeto. Generalmente cuando las primeras palabras son plasmadas, el resto fluye de manera más natural y es en ese entonces cuando uno siente que cada letra encaja a la perfección. Lo más importante es que al finalizar el texto, ese mensaje este claro. Como decía, luego de elegir un tema recurrente, comienzo a pensar en todo lo que no dije sobre el mismo. Es cierto que a veces caigo en la repetición, pero todos sabemos que hay ciertos tópicos que influyen demasiado en nuestra forma de pensar sobre todo en momentos o épocas determinadas. No hice un análisis demasiado exhaustivo, pero supongo que debe haber autores que tienen una especie de “períodos temáticos”, algunos mas cortos y otros más largos (hay escritores que hablan toda su vida sobre lo mismo). Al mencionar esto de escribir lo que uno no dice, podría establecer dos categorías. El escritor hablador, aquel que dice lo que escribe o escribe lo que dice y el escritor mudo – mi caso – que probablemente aproveche la oportunidad que le brinda la escritura para descargar o expresar de alguna manera sus pensamientos. Es inevitable pensar en las propias experiencias para elaborar ideas “generales”. Todos somos muy diferentes, pero a su vez somos todos iguales (o casi). Por eso muchas veces lo que escribe uno repercute en el otro, se genera esa sensación de identificación con la palabra ajena y esa es, probablemente, la razón principal por la cual uno tiene escritores o libros predilectos.
Cambiando un poco de tema, vieron cuando uno dice: tengo tantas cosas para hacer que no se por donde empezar. Uno lo podría aplicar al estudio, a los quehaceres domésticos o, porque no, a determinados gustos que uno se quiere dar. Desde que empecé la carrera me repiten constantemente lo importante de leer, de incorporar conocimiento, de tener herramientas para sobresalir y, en el caso de los periodistas, de ser una fuente de información. Hay tantas cosas por leer que uno no sabe por donde arrancar. La peor sensación es la de la resignación antes de empezar o el apuro por leer mucho sin incorporar realmente esa magia que entra por nuestros ojos (magia de todos los colores). Como en todo aspecto de la vida, el orden es fundamental y aquí sí podría unir los dos temas de hoy. Es necesario establecerse pautas a seguir, cumplir un proceso que nos guíe hacia un objetivo final. Algo que estoy aprendiendo de a poco es a estructurar ciertas cosas. No es un proceso que uno aprende de un día para el otro, generalmente son los fracasos los mejores maestros. Ante tanto fracaso, uno finalmente aprende (tras tropezar con la quinta piedra). Asi que, si tienen ganas de comentar algo, cuenten cómo se inspiran a la hora de escribir. Saludos y hasta la próxima.

sábado, junio 14, 2008

El plan perfecto


Hace tiempo que estoy pensando en los objetivos que se plantean las personas a la hora de encarar cada día. Entonces llego al momento en el cual veo un determinado plan, inconsciente en cada uno, que nos motiva a dar el siguiente paso para no estancarnos en la falta de ideas. Hago un rápido recorrido por mi mente y relaciono a este plan con la búsqueda de la felicidad. Como todos sabemos, el ser humano es increíblemente insatisfecho. Sabemos que si le falta una porción a la torta, no es torta o, por lo menos, no es esa imagen perfecta que tenemos de una torta. De ese modo, nuestro comportamiento a lo largo del día se basa en encontrar esa porción perdida o, dicho de otra manera, de rellenar ese vacío que alguien o algo nos arrebató. La rutina es siempre la misma, en cuanto a nuestras acciones. Pero ciertas palabras y detalles marcan la diferencia entre una persona en un momento determinado y la misma persona en otro momento. Distingo entre estas dos personas, ya que suele suceder que a veces encontramos la porción perdida, pero al rato nos damos cuenta que, mientras buscábamos (y al encontrar nos sentimos realizados), otro factor sorpresa se robó otra porción diferente. De ahí surge mi idea de constante insatisfacción. Pero creo que hay que tomarlo como algo positivo, porque ¿Qué sería de nosotros si llega el momento en el cual nos encontramos completamente realizados? ¿Cuál sería el objetivo de nuestro plan? La insatisfacción es una bendición que debemos tomar como algo natural, pero no como algo mortificante. Como verán, hoy es un día en el cual me levante con cierto aire de positivismo, quizás mañana veo esta insatisfacción como una puñalada constante, nunca se sabe. El hombre nunca deja de pensar. A veces veo estos programas que manejan archivos y compaginan diversas declaraciones de las personas. Se terminan burlando de la falta de concordancia entre ciertas opiniones (reconozco que yo también me río bastante), pero creo que eso es algo normal. Uno no piensa siempre lo mismo, la experiencia va cambiando tu mirada y eso es un proceso natural. A Borges le preguntaban en las entrevistas siempre las mismas cosas y él respondía siempre cosas diferentes. Los periodistas, indignados, le terminaron preguntando por qué se contradecía todo el tiempo y él dijo que uno nunca debe dejar de pensar y esto conlleva abrirse a la posibilidad de nuevas ideas. Volviendo al tema de la búsqueda, se plantean dos posturas opuestas (¿cuándo no?). Están quienes dicen que uno no debe buscar, ya que la vida (¿o el destino?) se encarga de todo y si las cosas pasan o no, es porque debe ser así. Y están aquellos que apoyan la idea de ir a buscar lo que nos falta, de estar buscando constantemente esa porción de la torta, porque sino estaríamos incompletos.
El otro día me dijeron: “vos pensás demasiado, hay ciertos cosas que fluyen solas” (refiriéndonos al tema “loveee”) y puede ser, determinadas situaciones no deben ser racionalizadas, pero en este momento de mi vida soy así. Igualmente, como dijo Borges, sigo pensando, sigo viviendo, sigo experimentando y ¿por qué no? Sigo cambiando de idea.

sábado, mayo 31, 2008

Veneno


Sensación ilusoria, falsa apariencia convertida en puñal.
El suave néctar de las palabras recorriendo los ríos de la esperanza, vaga oportunidad de los infelices. Veneno invisible, ojos vendados caminando por una vía de tierra hacia horizontes solo imaginables en las mentes ilusas. Sentimientos abstractos con doble identidad capaces de amar y odiar, tergiversados por finas líneas de veneno que recorren silenciosamente el pobre órgano que alguna vez tuvo aires de grandeza. Movimiento sinuoso del líquido mortal que absorbe poco a poco cada palabra y cada imagen formada en los avatares de nuestra mente. Deformidad de la mirada dibujada en las paredes reflectantes, representación exacta de lo abstracto convertido en concreto. Veneno sin cura, bloqueado por nuevos pensamientos sanadores, pero absortos de la dulce amargura. Capas de cebolla sobre viejas imágenes escondidas, solo visibles a través de aquella ventana del alma que alguna vez supo ser la fuente del más bello paisaje. Palabras y más palabras, simples códigos de la realidad palpable, teñidas por el extravagante líquido mortal. La dulce tentación, la viveza de los colores que iluminan los ojos de la víctima. Se arrastra en busca de la última estocada, verdadera ceguera del alma ilusionada. La muerte como resolución, sonrisas superficiales sobre un cuerpo que supo beber la dulce poción de la magia negra.

sábado, mayo 24, 2008

La caja de bombones



A veces nos enfrentamos a situaciones que nos carcomen la cabeza. Ya se que está como estipulado en el reglamento de “Cómo vivir la vida” el hecho de que es preferible llevarse la sorpresa y no conocerla de antemano. Noticia del día: Basta de sorpresas. Parafraseando al gran Forrest “Life is like a box of chocolates” (no me gustan los doblajes). Es lastimosamente cierto. Igualmente, no me hagan tanto caso, ya que es probable que mañana piense lo contrario, pero hoy es uno de esos días en los que necesito respuestas. Rosa Montero (perdonen que la cite tanto, pero es lo más fresco que tengo en este momento) dice que al escribir se le ocurren cosas que van modificando el curso de su texto. Bueno, ahora que lo pienso, si llego a encontrar una libretita con todas las respuestas a mis preguntas, probablemente me lleve flor de susto (o infarto). Sería la misma sorpresa que mencioné anteriormente pero resumida en pocos minutos, una especie de cámara rápida de nuestra vida. Tanta información nos haría explotar.
El silencio es la fuente de la incertidumbre, la falta de aquella solución al problema del cuestionamiento constante. Muchas veces al callar vemos los ojos ajenos penetrándonos con la fuerte intención de leer nuestra mente a través de la mirada. La persona que tiene la capacidad de mentir con la mirada, no es humana. Realmente no lo creo. Sin embargo, volviendo un poco al tema en cuestión, hoy en día las respuestas se cotizan en bolsa, su valor es inmenso, y como todo gran valor conlleva un gran poder, escaso control de nuestros actos.
Comienzo un nuevo párrafo. Pasaron varias horas desde que terminé el anterior. La incertidumbre es una sensación convertida en arma de doble filo. No solo nos limita completamente a dar el próximo paso sino que también deja en una expectativa constante a todo aquel que busca una respuesta de esa falta de certeza. Bueno, como dije anteriormente, es probable que mañana piense lo contrario. Perdone, me retracto, ya lo pienso. Siempre hablo con todo el mundo y llego a la conclusión de que el tiempo pasa más rápido que lo que pueda llegar a durar un determinado período, como por ejemplo un día. Los días son tramos de tiempo que pasan a una velocidad poco creíble. Perdonen nuevamente la incoherencia de esto, pero tengo un remolino de ideas y situaciones que van en contra de toda lógica a la hora de redactar un texto (este esta carente de estructura, cohesión y coherencia, pero creo que la coherencia está en mi cabeza, y no puedo expresarla). Volviendo al tema del tiempo, mi punto es que a pesar de que un día se vuelve un segundo, si nos detenemos en los detalles, son como un mini resumen de nuestra vida que nos hace variar el pensamiento a cada instante. Bueno, espero que sepan entender el sentido de este texto. Es un reflejo más.

Sigo esperando….

sábado, mayo 17, 2008

Efecto dominó


Es cierto, muchas veces es difícil entender ciertas decisiones tomadas por nuestra mente y nuestro corazón. Generalmente solemos desligarnos de los problemas y adjudicar la responsabilidad de nuestros actos a estos dos entes que, al fin y al cabo, son quienes nos representan. Son parte de uno, la decisión es nuestra. No digo que uno esté pendiente de justificar sus actos a través de los vaivenes de nuestros pensamientos, sino que, freudianamente hablando, nuestro inconciente se lleva todos los números a la hora de sortear la culpa de nuestro “lavado de manos”.
Cada vez me doy más cuenta de que vivimos en un gigantesco efecto dominó, donde cada uno de nosotros es una ficha y cada acto repercute en el elemento más cercano. Podrá sonar un poco egoísta, pero no se puede vivir pendiente de cada acción que uno comete. El sufrimiento provocado por decisiones es inevitable. Tampoco digo que hay que actuar sin pensar, pero creo que no hace bien estar tan condicionado por los “efectos secundarios”.
Hay situaciones que, dependiendo de ciertos factores, se dan con mayor facilidad y otras que, dependiendo de otros factores, están sujetas a la suerte. Y al decir suerte me refiero a lo que decía anteriormente, a ese condicionamiento constante que uno deja de respetar y que nos hace actuar bien o mal, pero que inevitablemente depende de que tan fuerte sea el efecto dominó. Y lo peor es que muchas veces este fenómeno se da en situaciones que uno no puede manejar y que afectan, por medio de otras rutas no transitadas por uno, al elemento en común.
Como sabrán, en este juego de fichas, una vez que perdés, es muy difícil volver a reconstruir todo el sistema. No digo que sea imposible, pero sí es complicado colocar las fichas en el mismo lugar. Las cosas cambian, uno ya tiene la experiencia de la caída anterior y vuelve a actuar con más cuidado, o sea, inseguro.
No se si les pasa, pero cada día me levanto con una nueva postura para encarar el día. Por un lado es interesante porque nos da nuevas perspectivas que, a su vez, generan un poco de sorpresa y nos da esa cosa diferente que uno tanto necesita para no caer en la rutina, sin embargo el lado negativo que le veo a esto es discutible pero no por eso menor cierto y es que estas nuevas posturas nos obligan a aprender día a día como convivir con las mismas situaciones. El ambiente es el mismo, uno cambia. Vivimos en un constante aprendizaje que, a diferencia del recomendado, no nos hace crecer, sino estancarnos siempre en el mismo lugar.
Por ejemplo, el otro día me levante con una horrible sensación de desorden, en todo sentido, ya sea emocional como físico y hasta habitacional (no sé como decirlo, básicamente mi cuarto era un quilombo). Entonces decidí levantarme con la cabeza en alto y ponerme a ordenar. Lo hice (solo mi cuarto). Ayudó bastante pero luego confirmé la regla de que cada día el mundo se resetea en mi cabeza y, ahora mismo, convivo nuevamente con el desorden de siempre. Es como caer en la misma tentación una y otra vez.
No se preocupen, estoy bien, solo soy bastante detallista en cuanto a mis pensamientos. Lo digo siempre, uno al escribir se descubre, es como ir al psicólogo y que vez de un profesional tengas un espejo en frente. Lo recomiendo, puede llegar a ser medio tedioso arrancar, pero cuando pasas esta barrera es difícil detenerse.

sábado, mayo 10, 2008

Leer para escribir


El otro día se generó un interesante debate en clase a partir de la lectura de un libro muy recomendable – para todo aquel que le guste leer y escribir – que se titula “La loca de la casa”. El libro lo escribió Rosa Montero, una española bastante simpática que cuenta varias experiencias de su vida (veraces o no, no se sabe) y otras historias llamativas de algunos escritores famosos. La pregunta final, a partir de la cual se desarrolló la mayor discusión – a pesar de que hubo bastantes opiniones similares – era qué tiene que resignar un escritor (o cualquier persona) en el supuesto caso de que lo obligaran a optar entre la lectura y la escritura. Personalmente me encantan las dos cosas y a pesar de que prefiero escribir, mi inspiración se vería reducida si no cuento con material de lectura. ¿En qué se puede basar uno al escribir si no lee nada? ¿Cómo mejoraríamos nuestra capacidad de escritura sin poder apreciar a aquellos grandes escritores que nos proporcionan las herramientas necesarias para poder darle forma y contenido a un texto?
Es cierto, una compañera decía que no imaginaba un mundo en el cual no pueda escribir día a día alguna frase tan sencilla y a la vez tan compleja como: “hoy estoy feliz” u “hoy estoy triste”. La descarga que puede generar la escritura es alucinante. Uno siente que las palabras van bajando desde nuestra mente hasta nuestros dedos, son totalmente visibles y al terminar podemos llegar a sentir que acabamos de apoyar sobre el piso un piano que cargamos en nuestra angosta espalda durante cuatro cuadras. Y no solo pasa por el sentido que uno le de a sus escritos – que es una manera única de descubrirse a uno mismo – sino también por el sentido que le dan al texto los lectores. Y este es el punto que quiero recalcar. Otro compañero levantó la voz en medio del murmullo general y reflexionó: "¿De que vale escribir si uno mismo no puede leer lo que escribe?"
Y si, caigo en el egocentrismo del escritor: ¿De qué vale escribir si nadie lee lo que escribo?
Me imagino solo en una isla, escribiendo por todas partes, en árboles, hojas, hasta en la arena (¿S.O.S quizás?). Podría imaginarme así unos pocos días. Como dije en otro momento, muchas veces la propia conciencia – o nuestras propias palabras – puede llegar a ser abrumadora. La interpretación que le da otra persona a nuestro texto es, también, una forma de descarga. Tendríamos demasiada presión en nuestra mente si conviviéramos todo el día con nosotros mismos. El lector de nuestros palabras puede llegar a ser una buena compañía, una forma de relajación y va más allá de una crítica positiva o negativa (si es negativa ¡hay tabla!).
En fin, igualmente, si pudiera elegir libremente mantendría las dos opciones. Pero bueno, por suerte vivimos en una sociedad – por ahora – que respeta (salvo excepciones) el valor de la lectura y la escritura. Una es nuestra fuente y la otra, la representación de nuestros pensamientos. Me gustaría cerrar con una frase de Rosa Montero: “Dejar de escribir puede ser la locura, el caos, el sufrimiento; pero dejar de leer es la muerte instantánea. Un mundo sin libros es un mundo sin atmósfera, como Marte. Un lugar imposible, inhabitable.”

sábado, mayo 03, 2008

Mi gran amigo


Por un instante mi rutina se desmoronó. Suelo escuchar a la gente que dice que no hay nada peor que la rutina, ya que nos vuelve seres mecanizados, automáticos, realizando día tras día las mismas cosas. El otro día murió mi perro, mi gran amigo desde que tengo solo siete años. Uno realmente se da cuenta de las cosas y le toma valor cuando las pierde. Son frases que se repiten constantemente y ya suenan verdaderamente trilladas, pero por algo se dicen. Son innumerables la cantidad de imágenes que se me cruzan por la cabeza cada vez que hago algo en mi casa, es como que instantáneamente mi cerebro reemplaza lo que estoy viendo por lo que estoy recordando. Es una vuelta al pasado prácticamente perfecta. La verdad es que hoy me pongo en censurador y digo que no tengo ganas de escuchar a ningún idiota que menosprecie el dolor por la muerte de una mascota. El no era mi mascota, era mi amigo, mi hermano. No pasaba día en que no lo trate como tal. Fue una muerte totalmente inesperada. Hace ya un tiempo que venía hablando conmigo mismo diciéndome que él ya estaba viejo y que no lo quedaba mucho tiempo. Quería prepararme. Al diablo con eso, no sirvió para nada. Recuerdo mi dolor cuando murió mi perro anterior, Nahuel, hace ya 14 años. Yo era muy chico y el tiempo curó bastante la herida, pero esta es difícil de sanar e imposible de reemplazar.
Este amigo mío fue bastante criticado, no se llevaba bien con la gente y probablemente parte de la culpa sea mía, nunca salió demasiado a la calle y eso lo aisló demasiado. Es un error que no cometeré nuevamente si llegan a traer otro perro a mi casa. Pero él me quería, lo notaba en sus ojos. Esto supera cualquier instinto. Me acuerdo el día que llegó a mi casa. Yo estaba sentado en la mesa, jugando a las cartas con mi hermano y en eso mi mamá y mi papá entran por la puerta de la cocina. Mi mamá lo tenía en brazos, era muy chiquitito y lo primero que hice fue acariciarlo. Lo dejamos en el suelo y empezó a patinarse por el suelo encerado. Se le abrían las patitas, pero quería seguir corriendo. Esa noche durmió en un canasto acolchado en la cocina. Cuando me levanté y lo vi fui directamente a él. Representaba la pura ternura.
Mi parque se siente vacío, lo siento así. No logro imaginarlo sin su presencia. Era amo y señor. No se si fue feliz, es mi gran intriga, pero sí se que le di todo de mi. Muchas veces uno se cansa de hablar consigo mismo, la conciencia puede llegar a ser abrumadora en ocasiones. Por eso muchas veces recurrí a él y por más que sabía que no entendía, era una buena forma de descarga y obviamente nunca faltaba el lengüetazo final por mi cara.
“Mi bebe” fue lo último que le dije. Te voy a extrañar amigo, mucho y ojala que en algún momento nos reencontremos para jugar.

sábado, abril 26, 2008

Fuente de inspiración


Tengo ganas de caminar y sentir tu presencia. El deseo ferviente de oler tu aroma y morir en abrazos interminables. Una revolución en mi interior, anarquía sentimental, desestructuración de barreras de hierro que no dejaban disfrutar de aquellos pensamientos infinitos que teletransportan a mundos irreconocibles, demasiado perfectos. Mirada es la palabra clave, la esencia de todo aquello que uno piensa, aquello que aunque no esté, se vuelve reminiscencia, un recuerdo palpable, sin espacio ni tiempo. Palabras que vuelan por mi mente, con demasiada libertad. Necesito atraparlas, unificarlas y amoldarlas en escritos que reflejen en pocas líneas aquellas locuras imaginarias que recorren mis sueños y me cantan al oído, despertándome con una sonrisa reveladora, con la esperanza de convertir aquellas ilusiones inconcientes en una realidad hermosa. Te observo y te das vuelta, me doy vuelta y me observas. Perfectos aquellos instantes en que, por aquellas casualidades de la vida, nuestras miradas se cruzan.

sábado, abril 19, 2008

Sensaciones corporales



Nuestro aliado, expuesta materialización del alma. Nos levanta y nos lleva a recorrer los sinfines del mundo. Nos habla, conversa con nosotros y sufre. Su superficialidad está en riesgo constante, llora y ríe al obedecer órdenes superiores, indescifrables para los curiosos. Nos da señales, cumpliendo con su rol de consejero. El que paga los platos rotos y pone la mejilla. Aquel que se mira al espejo y juega consigo mismo, siempre ante la atenta mirada de aquella energía contenida en la supuesta cárcel. Señales llamadas sensaciones, avisos de la madre naturaleza, representaciones del estado de ánimo y siempre con su obvia gestualidad, ingenua actitud corporal.
¿Mundos diferentes? Un mismo elemento, más allá de pensamientos diversos, previsibles en un mundo de mentes desemejantes.

domingo, abril 13, 2008

Coqueta dama tanguera


La luz se apagó y tu mundo lloró. Lagrimas de incredulidad te despedían, el último adiós, bajo un manto de llantos y silenciosas charlas de café. Porque un día te fuiste y el piano, en su día mas triste, se cerró. Tus manos virtuosas dejaron de tocar a la vista de todos aquellos acompañantes de la vida, reunidos, como en tu casa, y en silencio, por que el pájaro cantó hasta morir, pero su aroma se mantiene intacto.
Collares y perlas, coqueta dama tanguera, que triste fue verte morir. Pero vos no eras así, tu verdadera imagen vale más que eso. Una imagen profunda, una imagen de personalidad que vale más que un lúgubre cuarto oscuro. “Se nos fue la gorda” decían tus amigas, y su llanto era desconsolador. Tu casa se siente sola, tu generosidad también, porque a pesar de las críticas moriste con la tuya, y en paz y tranquilidad podés descansar. Tu ángel no lo soportó, pero no podés negar que luchó hasta el final. El destino quiso que ese mismo día te vaya a ver, tus ojos semiabiertos se despedían, vos lo sabías y tu ángel también. Las puertas se cerraron, el tiempo se detuvo, manchas negras se despidieron, para vos, coqueta dama tanguera, hasta luego.

sábado, abril 05, 2008

Little Angel



Sensaciones encontradas, miradas que reflejan una vida cristalina. Movimientos suaves que dibujan suspiros tranquilos. Pensamientos que recorren la piel, emergen de los mares de lágrimas, proyectan nuevas sonrisas, nuevas ilusiones. Cuasi sueños del inconciente que nos confunden, nos transportan, nos obligan a mirar, más allá de las vagas imágenes, refugiados por mariposas grises que al finalizar el día cambian su color, nos muestran el paraíso de la ilusión, nos hacen pensar que algo más allá, es real. Nos da la esperanza de que tal vez el Caballo en este sueño sea más dócil, más liviano, más fácil de sumergir y observar y volver a salir. Y si algún día me siento inmerso en la desilusión, en búsquedas desencontradas, en sueños que me hagan gritar, solo sabré que tu mirada me reconfortará y me llevará a un estado supremo, un estado de perfección que solo tu y yo sabremos habitar. Y es en ese estado donde mi cuerpo encuentra el equilibro exacto, la dosis justa entre amor y odio, y sé que te es entretenido desenojarme cuando me hago la ofendida. Y en ese juego entre tu y yo, donde los ángeles apuestan por el amor, el edén de sensaciones que genera tu tacto, me eleva, supera todo merecimiento e injustamente me besa, y es aquel momento, mi mayor grado de superación, porque a tu lado soy una persona completa.



Hecho por Gabita & Patito

sábado, marzo 29, 2008

El sueño de la realidad


¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad? Las pesadillas se multiplicarían, las puertas del inconsciente se abrirían de par a par. Las barreras defensoras serían endebles y estaríamos en un riesgo constante, en una lucha contra la incoherencia de los estímulos externos combinados en esa caja mágica e inexplorada llamada cerebro. La rutina se volvería sorpresa, los amores se volverían posibles, las piernas dejarían de correr, la muerte se convertiría en una posibilidad más cercana, pero desapercibida. El despertar de cada mañana sería el renacer de una ilusión o el comienzo de lo peor. Nos dormiríamos sobresaltados, despertaríamos en una nebulosa sensorial. ¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad?
Viviríamos aturdidos por los recuerdos, más allá de que sean buenos o malos. Una gran ensalada de memorias confusas, un collage de imágenes olvidadas conformando un sentido incierto, cierto para algo más profundo, algo irreconocible pero presente.

Quiero leer y escuchar opiniones

¿Qué tan fantástico sería vivir un sueño y soñar una realidad?

martes, marzo 18, 2008

Despertares


Movimiento simultáneo. Apertura visual de existencias uniformes. Silencio y acción. Sueño de la bestia interior, guía de cerebros manipulados. Vivencia en una estructura aplastante, cuna de iguales, tumba de pensamientos. ¿Solución? Una nueva sensación.
La perfección de la infelicidad. Objetivos inconscientes de bien común, nacidos bajo la mentira de una continuidad en la libertad de pensamientos, tergiversados bajo el lema de la felicidad plena. Orden piramidal desbalanceada, incongruencia desmentida del poco peso ejerciendo presión sobre la masa más pesada.
Sin embargo, imposibilidad de un crecimiento (o decrecimiento) lineal. Pasado, presente y futuro circular, vuelta a la insólita normalidad, despertares de ojos cerrados, revoluciones, levantamientos, y nuevas diferencias. ¿Nuevos conflictos? Nuevos y viejos conocidos inconvenientes. ¿La infeliz paz o la guerra de la felicidad?

martes, marzo 11, 2008

La realidad de hoy


A veces me pongo a pensar lo aislados que estamos la mayoría de la realidad. Cuando vemos un noticiero y nos enteramos de la muerte de 17 personas en un accidente de tránsito, incluida una familia entera (compuesta por seis personas) o de algún atentado en los pagos asiáticos, o de cualquier acontecimiento que genere la muerte de un ser humano, uno suele preguntarse por qué suceden estas cosas. Sin embargo, lo más difícil de entender es la naturalidad o la frialdad que adquirimos luego de tantos años en los cuales un accidente, un atentado, un asesinato a sangre fría por dos pesos, se volvió moneda corriente. Lo más incompresible es que aquello que nos representan hablan de una sensación de inseguridad. Es cierto que los medios de comunicación, en su afán de informar y de llegar a toda una sociedad, suelen generar (en aquellos que quieren justificar lo injustificable en vías del progreso personal) una idea exagerada de la realidad. Creo que no hay idea más exagerada que la de vivir uno mismo aquello que se volvió tan natural. Vivimos rodeados de problemas que no hacen más que generar desesperanza. Un mundo en vías de extinción, una comunidad mundial constantemente enfrentada, enfermedades por doquier. Estamos en una lucha constante y cada vez tenemos más batallas y más adversarios. Lo que sí creo es que muchos piensan: Bueno, si yo cambio, no pasa nada, una persona no puede marcar la diferencia. En ese sentido pienso que si cada uno cree que puede marcar una diferencia, que lo haga. La suma de la partes hace un todo y a la vez ese todo no existe sin una de esas partes. Ya se que me estoy desvirtuando, comencé con un accidente de tránsito y termino con salvar el planeta, pero ¿No creen que todo está tan relacionado? Al fin y al cabo lo importante es saber que nosotros somos los protagonistas de la película y tenemos que tomar la responsabilidad como tal. Me dieron ganas de dejar de lado por hoy la metáfora y ser lo suficientemente claro para hablar de un tema que necesitamos entender. Y por último, hay algo que deberíamos saber: somos más los que queremos que las cosas salgan bien, más allá de que estemos pendientes de lo que hagan aquellos que tienen la idea constante de perjudicar.